Pablo Grillo (35), el reportero gráfico que resultó gravemente herido tras recibir un golpe en la cabeza con una cápsula de gas lacrimógeno durante la marcha de los jubilados frente al Congreso, fue operado en la noche del miércoles en el Hospital Ramos Mejía. Según confirmaron fuentes médicas a Infobae, hasta el momento su estado es crítico y tiene pronóstico reservado.
Según pudo saber este medio, en el transcurso del día el fotógrafo permanecía estable, con asistencia mecánica respiratoria, bajo efectos de sedoanalgesia y con apoyo de vasopresores. Este jueves, llegando a la noche y a poco más de 24 horas del impacto que dejó al fotógrafo al borde de la muerte, le indicaron a este medio que permanece sin cambios significativos con respecto a esta mañana.
En las primeras horas del día, difundieron que se necesitan dadores de sangre de cualquier tipo y factor. “Para poder donar, es necesario presentarse, desde este jueves a las ocho de la mañana, en el hospital Ramos Mejía, ubicado en la calle General Urquiza al 609, en la Ciudad de Buenos Aires”, precisaron.
El fotógrafo fue uno de los civiles que resultaron heridos durante los enfrentamientos producidos ayer en las calles del centro de la Ciudad de Buenos Aires en el marco de la marcha por los jubilados que esta vez incluyó a barras de clubes de fútbol y militantes de partidos políticos.
“Lo están operando y lo que me dijo la médica es que la situación es muy grave”, dijo anoche Fabián, el papá de la víctima, frente al hospital donde esperaba noticias de su hijo. De acuerdo con lo que trascendió, el joven ingresó con pérdida de masa encefálica, le descomprimieron la lesión y permanece grave, con respirador.
El papá del reportero gráfico confirmó también que el joven “estaba trabajando en forma independiente” durante la marcha.
De acuerdo con lo que se ve en un video que se viralizó en las redes sociales, Grillo fue herido por un policía mientras sacaba una foto. Todo quedó registrado por Emanuel Coria, de FM La Tribu, quien en diálogo ayer con Infobae en Vivo relató: “Se empezaron a escuchar tiros, entonces me acerqué para ese lado y cuando estaba filmando pude captar el momento. Había un cordón policial que estaba avanzando y desde ahí venían todos los gases, los disparaban al aire y llegaba lejísimos. Para mí fue bastante adrede”.
Y agregó: “Se armó una ronda de cinco personas ayudándolo y cuando vieron que era más grave lo llevaron en andas media cuadra para adentro. Le salía mucha sangre. Lo más grave es que la policía siguió avanzando cuando estaba armada esa ronda, en ese momento me fui del lugar”.