Con fuertes críticas al Gobierno de Javier Milei al que acusó de “vivir en Disney”, poniendo bajo fuerte sospecha al senador Edagrdo Kuider al que vinculó con presunto cobro de coimas para aprobar la Ley Bases, Cristina Kirchner asumió formalmente ayer la presidencia del PJ Nacional. También repartió palos puertas adentro de un peronismo que huele a quiebre después que el gobernador bonaerense, Axel Kicillof se convirtiera el gran ausente del mitin y dejara trascender, a través de su círculo íntimo, que la cumbre del lunes en Moreno fue insatisfactoria. Una foto de unidad que no resultó ser tal.

El acto se dio en medio de cuestiones clave de cara al año electoral, en donde se especula con una candidatura de la ex vicepresidenta, pero Kicillof tiene potestad para decidir, por ejemplo, si desdoblar o no los comicios, algo que podría afectar la postulación de la ex jefa de Estado.

Otros ausentes de peso fueron los gobernadores peronistas Sergio Ziliotto (La Pampa), Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Ricardo Quintela (La Rioja). Un sector de la CGT tampoco irá. Y Sergio Massa, pero en este caso es porque es dirigente del Frente Renovador y no pertenece al PJ.

Por eso, Cristina apuntó contra Kicillof: “Veo dirigentes convertidos en militantes electorales”.

Durante su discurso, Kirchner destacó la necesidad de que los líderes del partido retomen su rol de “militantes políticos”, señalando que la política no debe reducirse solo a las contiendas electorales.

Durante su discurso, Cristina también se refirió al escándalo del senador Edgardo Kueider, que entró por Unión por la Patria, y está preso en Paraguay por tratar de ingresar con más de US$ 200.000 que no pudo justificar. La expresidenta sugirió que el legislador de Entre Ríos recibió coimas para votar la Ley Bases. “Fue doblemente clave”, señaló. Y comparó esa ley con otras que fueron tildadas de corruptas a lo largo de la historia, como la reforma laboral que se hizo en los 2000, apodada “Ley Banelco”.

Sobre la motosierra de Milei dijo que “hay una aceptación de la sociedad a un ajuste violento”