La disforia de género es definida como el sentimiento que tienen ciertas personas de no pertenecer a su sexo de nacimiento y de identificarse con el género opuesto. Se trata de un malestar causado por la falta de concordancia entre el sexo biológico y la identidad de género de un individuo. Y ese malestar es el que sufrió una joven cordobesa durante la adolescencia que la llevó a tomar la decisión de tramitar su nuevo DNI como varón a los 17 años. Sin embargo, tres años después se arrepintió y tuvo que recurrir a la justicia para volver a modificarlo.

Para preservar la identidad de la protagonista de esta historia, Infobae decidió llamarla por sus iniciales. En 2016, la joven L.M.C., oriunda de Cosquín, le expresó a sus familiares, amigos y compañeros de colegio que quería cambiar de género y justificó su decisión diciendo que se sentía más cómoda comportándose y vistiéndose como un hombre.

A pesar de que sus padres se opusieron inicialmente, con el tiempo lograron entenderla y la acompañaron en su transición. Incluso, le permitieron hacer el trámite para cambiar su nombre en el DNI, en 2017. Así fue como el título del colegio secundario fue emitido con el nombre de L.A.C, que era el que había elegido.

Al cumplir los 18 años de edad y tras abandonar sus estudios universitarios, la joven tuvo fuertes discusiones con sus padres. Esto la llevó a irse de su casa e instalarse en el domicilio de una amiga; donde vive actualmente.

Luego de atravesar una etapa de introspección y analizar de manera más madura la decisión que había tomado, meses después se dio cuenta que no se sentía a gusto lucir y presentarse ante la sociedad como un varón, y que tampoco quería que la siguieran tratando como tal.

Incluso, culpó a sus padres de haberle permitido el cambio de género cuando era menor de edad más allá de que habían seguido su deseo. Y puso como ejemplo que al empezar la facultad su madre pensó que era mejor que tuviera el nombre de varón.

Al cumplir 20 años, y tras haber vivido dos años como varón, la joven quiso volver a su género de nacimiento, que es el femenino, y recuperar el nombre que le dieron sus padres al nacer. Pero como la ley solo permite hacer el cambio de género en el DNI por única vez, tuvo que recurrir a la justicia para conseguir una nueva autorización.

El art. 8 de la Ley N° 26.743 establece que en caso que ya se hubiera optado por acceder a la rectificación registral del sexo y el cambio de nombre de pila, la misma sólo podrá ser modificada nuevamente mediante autorización judicial.

En su presentación ante el Juzgado Civil, Comercial, de Conciliación y Familia de 1° Nominación de la ciudad de Cosquín, la joven mencionó que en la actualidad se presenta como mujer y que su DNI de varón le trae complicaciones. No solo al momento de realizar trámites sino, principalmente, cuando va a buscar trabajo. Alegó que al tener un documento con nombre masculino, tiene que explicar la situación y siente vergüenza. Además, dijo que experimenta la misma sensación cuando tiene que votar, ir al médico o presentarse en algún lugar donde le exigen el DNI.

L.M.C refirió invocar justos y fundados motivos para que el tribunal autorizara ese cambio y alegó que portar un nombre masculino le provoca “un agravio espiritual” y afecta a su desenvolvimiento en el ámbito social y laboral.