Este jueves comienza el juicio contra Nélida Caballero, la excocinera de Julio De Vido, acusada de supuesto lavado de dinero, al no poder justificar la compra de siete autos de alta gama y una propiedad en Formosa que pagó en efectivo.

La Justicia intenta determinar si la empleada actuó como testaferro del exministro de Planificación Federal. El debate se hará una vez por semana, a las 9 de la mañana, en el Tribunal Oral Federal N° 7. También serán juzgados su pareja Omar Lavergne y la hija de ambos, Camila Caballero.

La mujer fue denunciada en julio del 2017 por el diputado nacional por Formosa, Martín Hernández (UCR). A partir de allí, comenzó una investigación sobre su patrimonio y los nexos con la familia De Vido a través de “prestaciones de tarjetas de crédito, bancos, registros de propiedad automotor y compañías de seguro”.

Uno de los puntos de la pericia sobre los bienes de Caballero era determinar si existían vínculos entre ella, De Vido y su esposa, Alessandra Minnicelli, actualmente investigados en una causa conexa por enriquecimiento ilícito.

La Justicia estableció que la excocinera puso como domicilio personal la dirección Libertador al 2277, la casa donde vivió hasta el 2016 el exministro del kirchnerismo.

En su defensa, tras ser imputada, la mujer culpó a la AFIP por las inconsistencias patrimoniales que detectó la Justicia. “Será una desprolijidad de su parte”, aseguró en un escrito que presentó ante el juez Luis Rodríguez, que investigó la causa.

El magistrado la embargó, secuestró cinco de sus autos y le prohibió salir del país. Todo debido a la compra de siete vehículos adquiridos entre el 2011 y 2016, por un valor total de $900 mil, pese a que su salario mensual rondaba los $8.500.

Se trata de una camioneta Toyota Hylux, un Fiat Strada, un Toyota Etios, un Peugeot RCZ Tiptronic y un cuatriciclo. Además, nunca logró justificar cómo adquirió una casa de $1.800.000 en Formosa.

Sobre estas dos cuestiones, manifestó que los bienes en su poder responden a “sus negocios”, que serían una carnicería y una quiniela, y admitió seguir trabajando para Minnicelli. “Ganó entre unos 10 mil pesos por mes”, aclaró. Sin embargo, jamás justificó ese dinero.