De la mano de la histórica caída del Riesgo País, que está a punto de perforar los 600 puntos, lo que permite acceder a tasas más benébolas, Argentina volvió al mercado financiero internacional con un préstamo de 1.000 millones de dólares que permitirán fortalecer las reservas del Banco Central y dar así el primer paso la salida del cepo cambiario. Se trata de un crédito otorgado por cinco bancos internacionales (BBVA, Santander, J.P. Morgan, ICBC y Citi), a través de una operación de pase pasivo (REPO), que implicó otorgar como garantía los bonos Bopreal. El préstamo tiene un plazo de dos años y cuatro meses, a una tasa anual de 8,8%.

Si bien los analistas financieros dijeron que el préstamo conseguido no es significativo, explicaron que la señal que quería mostrar el Gobierno era que podía acceder al mercado internacional con tasas menores a 9%. “Claramente, es un monto bajo que tiene como fin mostrar confianza de la banca financiera y cierto poder de fuego extra. Querían mostrar que les ofrecieron más financiamiento y no lo tomaron”, explican.

La operación inicia un camino de fortalecimiento de sus reservas que le permitirá empezar a acumular el “poder de fuego” suficiente para enfrentar la paulatina desarticulación del cepo. Levantar las restricciones sin tener reservas suficientes para responder frente a una eventual corrida es un riesgo que Javier Milei no quiere correr. La experiencia de Cambiemos es demasiado reciente.

En el Gobierno de Macri se hicieron operaciones de este tipo usando los bonares, los títulos del Tesoro. En este caso, el Banco Central decidió utilizar los Bopreal, sus propios bonos, lo que ayudó a reducir el costo financiero de la operación ya que su tasa es menor que la de los títulos públicos.

Estos U$S 1.000 millones serán los primeros de una serie de operaciones similares que el BCRA concertará a lo largo de este año cada vez que encuentre la oportunidad de mercado para hacerlo.

“Hay demanda creciente con tasas decrecientes”, explica una voz oficial para graficar el escenario en el que esos grandes bancos internacionales volvieron a aceptar tener el “riesgo argentino” dentro de sus balances.

Al mismo tiempo, la herramienta elegida para el regreso a los mercados internacionales tiene particularidades que se ajustan al esquema oficial de la emisión cero y el rigor fiscal. De esta forma, los bancos aportan U$S 1.000 millones que no pueden destinarse al gasto sino a darle liquidez al BCRA en sus reservas con la mira puesta en la salida del cepo. De hecho, el Repo no es interpretado por la entidad como un préstamo sino como una venta de activos con el compromiso de recompra posterior. De algún modo el Gobierno se propone mostrar que se pueden recuperar las reservas (hoy en terreno negativo según el FMI) en un contexto de equilibrio fiscal, sin emisión monetaria y con inflación en baja.

> Riesgo País, en baja

El Riesgo País cayó hasta 610 puntos básicos, desde los 1940 en el que arrancó la gestión Javier Milei. Esto significa que los mercados internacionales le piden a la Argentina una tasa de interés promedio de 6,10% adicional a la que se paga en EEUU (4,59%) para financiarse.