El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) volverá hoy a informar los índices de Pobreza e Indigencia, luego de tres años de que se dejaran de informar sobre estas cifras, y de nueve años de manipulación de las estadísticas.
El organismo ya adelantó la semana pasada que una familia tipo -compuesta por dos personas adultas y dos niños de entre 6 y 8 años de edad- necesitó en agosto contar con ingresos por $12.489,37 para poder adquirir la Canasta Básica Total (CBT) -compuesta por alimentos, indumentaria y servicios básicos-, para no caer por debajo de la línea de pobreza.
Además, ese mismo núcleo familiar requirió de $5.175,92 para acceder a la Canasta Básica Alimentaria, es
decir, la cantidad mínima de alimentos, para no caer debajo de la línea de indigencia. Con estas cifras, y su comparación con los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el Indec difundirá los resultados de la incidencia de Pobreza e Indigencia en hogares y personas para el total de aglomerados urbanos, correspondientes al primer semestre de 2013.
La difusión de estos datos, y su correlato ahora con los índices de Pobreza e Indigencia, se habían interrumpido a mediados del 2013 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. A mediados del 2013, las estadísticas correspondientes al primer trimestre de ese año señalaban que sólo el 4,7% de los argentinos era considerado pobre, y entre ellos, el 1,4% era indigente. Había casos por lo menos ‘llamativos‘ como el del Gran La Plata, donde solo el 1% de la población era pobre. A finales de marzo del 2015, el entonces ministro de Economía, Axel Kicillof fue preguntado sobre cuál era el índice de pobreza, a lo cual él admitió no saber y consideró ‘ bastante estigmatizante‘ esa medición.
