El arrepentido Víctor Manzanares, excontador de Néstor y Cristina Kirchner, reveló nuevos detalles del modo en que se trasladaban los bolsos con dinero desde El Calafate a Buenos Aires: "De los aviones bajaban u$s 96 millones por año", dijo y agregó: "Entiendo que la cifra puede ser realmente escandalosa", agregó.
Además, contó conversaciones privadas que había tenido con Daniel Muñoz, el exsecretario privado de Néstor: "Me dijo que no se robaba nada, que esto era la comisión que se le cobraba a la patria por hacer las cosas bien, como eliminar la deuda externa y demás".
También insistió en que Muñoz fue quien lo involucró en el modus operandi del traslado de bolsos: "Vio que yo no estaba seguro en acompañar algo así, por lo que me dijo que el tren pasaba una sola vez en la vida. Terminé escondiéndole los bolsos con dinero en el entretecho de mi casa".
En diálogo con La Cornisa, el contador explicó que un "conjunto de causas" lo llevó a arrepentirse: "Me sentí abandonado, ninguneado, desprotegido por todos, por la familia Kirchner y la familia Muñoz, que eran para las que trabajaba".
"Mi hijo también incidió. Todos los días hablo con mi familia. En una llamada mi hijo me pidió que diga todo lo que sé y que así iba a salir. Eso fue fuerte para mí. Hoy él tiene 16 años, en ese momento tenía 14", explicó sobre la decisión de contar toda la verdad.
Manzanares había manifestado que temía por su vida, pero ahora sus temores son otros. "Yo no le tengo miedo a la muerte, pero sí a que le pase algo a mi familia, a mis hijos. Cuando tomás decisiones sabés que puede haber consecuencias", expresó.
Y reveló que pensó en quitarse la vida: "Pedí una pastilla para suicidarme. Pero mi abogado y mi primo me mandaron a vender almanaques. Esa decisión tenía que ver con llevarme los secretos a la tumba y no aceptar una condena en lo que no soy culpable".
Al ahondar en la metodología que usaba la familia Kirchner para trasladar el dinero, indicó: "Yo llevaba a Muñoz a la casa de la madre de Néstor con dos valijas. Muñoz salía de esa casa con una mochila y un bolso. La plata que se quedaba decía que era la comisión que él la cobraba por las cosas que hacía. Pero también tenía depósitos en Buenos Aires".
Además, dijo que cuando el exsecretario terminaba su tarea "se sentaba en el auto y llamaba por teléfono (a los Kirchner)". "Yo entiendo que el que mandaba era Néstor. Incluso Muñoz mencionó en alguna oportunidad que la doctora (por Cristina) le tenía asco al dinero, que no podía verlo", relató.
En relación a la expresidenta, recordó que cuando necesitó su ayuda, le dijo que ella "era una mujer jubilada y vieja, que todos los gastos de la causa los bancara mi suegro, que para eso tiene plata".