Tras una semana de idas y vueltas y la creciente urgencia de dólares en las reservas del Banco Central, una misión técnica del Ministerio de Economía viajó anoche rumbo a Washington con una fuerte expectativa de dar los últimos retoques para cerrar un nuevo acuerdo con el FMI.
En representación del ministro Sergio Massa viajaron el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, el jefe de asesores Leonardo Madcur y los directores del Banco Central, Lisandro Cleri y Jorge Carrera, según confirmaron fuentes del Palacio de Hacienda.
El envío de la misión puede interpretarse como una señal de avance en las negociaciones. Massa ya había suspendido en dos ocasiones el viaje de sus funcionarios, ante la falta de indicios de un acuerdo cercano. Incluso hubo rumores ayer que anticipaban el cierre del acuerdo, aunque el hecho que no viajara Massa personalmente para sellar la nueva hoja de ruta con el Fondo, dejó margen para la duda.
El giro en la negociación que venía estancada se da luego de que el gobierno enviara varias señales de acercamiento a China, que incluso se ofreció a cubrir los próximos vencimientos de la Argentina con el FMI. La Casa Blanca viene apoyando a la Argentina en la negociación, pero algunos directores europeos y el staff del Fondo resisten el acuerdo en medio de la campaña electoral.
El ministro de Economía busca liberar un desembolso de U$S 4.000 millones que le permita llegar a las elecciones primarias del 13 de agosto, sin sobresaltos en el dólar. Pese a las mayores restricciones cambiarias tras la corrida de abril y el último dólar soja, las reservas del Banco Central siguen cayendo por la venta de yuanes y la cancelación de deuda. Entre el viernes y el lunes, se pagaron U$S 1.000 millones a los bonistas.
La negociación se da en medio de fuertes tensiones desde que el precandidato presidencial comenzó a acercarse más a Cristina Kirchner y a confrontar con el Fondo. El domingo, en un acto junto al Presidente y la Vicepresidenta para inaugurar el gasoducto Néstor Kirchner en Salliqueló, provincia de Buenos Aires, la titular del Senado elogió su "garra", mientras Massa acusó al organismo de querer "frenar" la obra para reducir el gasto.
Detrás de los cruces, persisten diferencias en torno a la revisión del acuerdo. El organismo exige una devaluación y un mayor ajuste del gasto para compensar tanto la pérdida de reservas como la menor recaudación por la sequía. Pero el ministro de Economía se resiste a un salto del dólar oficial por su impacto en el precio de los alimentos y los ingresos. En las últimas horas, advirtió que el acuerdo es "inflacionario" y que "hay que replantearlo". Si bien se espera que la inflación de junio marque una nueva desaceleración desde el 7,8% de mayo, Economía necesita dólares para evitar que las presiones cambiarias aceleren la suba de los precios. En abril, el costo de vida llegó al 8,4% tras la disparada de los dólares paralelos. Para este año, los analistas esperan una inflación del 142% anual, el mayor récord en los últimos 30 años justo en el año electoral.