El Senado uruguayo aprobó ayer, con el voto favorable de 17 legisladores sobre 31 presentes, la ley de interrupción voluntaria del embarazo que posibilitará despenalizar el aborto en determinados casos, con algunos requisitos y plazos.
La norma fue apoyada por 16 legisladores del gobernante Frente Amplio y por el senador Jorge Saravia, del opositor Partido Nacional, y para convertirse en ley requiere de la promulgación del Poder Ejecutivo y una posterior reglamentación.
El presidente José Mujica anticipó que no vetará la legislación, lo que sí hizo su antecesor, Tabaré Vázquez, quien en noviembre de 2008 dejó sin efecto una ley similar aprobada por el Parlamento.
El texto de 15 artículos aprobado establece que la interrupción del embarazo no será penalizada si se realiza antes de las 12 semanas de gravidez. Para acceder a esa práctica, la mujer deberá cumplir una serie de requisitos, como acudir a una consulta médica ante una institución del Sistema Nacional Integrado de Salud, para que un equipo interdisciplinario evalúe la situación. Luego, tendrá cinco días para ratificar su decisión mediante la firma de un consentimiento informado, que junto a otros datos quedará asentado en un registro oficial.
Con esta aprobación, Uruguay se convierte en el segundo de Latinoamérica en permitir la interrupción voluntaria del embarazo, después de Cuba.
