Miles de personas acudieron ayer a la Basílica de la Virgen de Luján, el mayor santuario católico de Argentina, para celebrar una misa en la que pidieron que se respeten "las dos vidas", la de la madre y su hijo por nacer, en momentos en que se debate en el país un proyecto para despenalizar el aborto.
La celebración se realizó a las puertas de la basílica dedicada a la patrona de Argentina, en la ciudad de Luján (70 kilómetros al oeste de Buenos Aires), con feligreses que colmaron la gran plaza a las puertas del santuario.
"La vida es puro don de Dios, por eso es sagrada. Nosotros no somos sus dueños", dijo en la homilía el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, quien presidió la misa junto a otros prelados de Argentina, entre ellos el cardenal primado del país, Mario Poli.
Ojea, obispo de la diócesis de San Isidro, sostuvo que, "en este momento tan delicado" para el país, muchos sienten "desamparo y tristeza" y están "perplejos y doloridos" ante la posibilidad de que
se apruebe a ley de despenalización del aborto.
En la misa, que también contó con la presencia del nuevo nuncio apostólico en Argentina, el congolés Léon Kalenga Badikebele, Ojea señaló que el aborto "no es un derecho si no un drama".
Mate y reposeras
Entre los asistentes a Luján, llegaron numerosos conjuntos de gente mayor con mate y reposeras. Asimismo, proliferaban los pañuelos celeste que caracterizan a los simpatizantes de la Unidad Pro-Vida.
Bombos y cánticos
Con canciones religiosas, bombos, redoblantes, trompetas y algunos cánticos puntuales en contra del proyecto en tratamiento, los distintos grupos religiosos encendieron bengalas y arrojaron fuegos artificiales.
Fuente: Efe