Mauricio Macri, tuvo que conformarse con salir caminando por la puerta principal de la residencia de Olivos para saludar a la prensa y a algunos seguidores, y emitir unas breves palabras por la falta de organización.

La reunión con Cristina se realizó en un marco de estricto hermetismo, a puertas cerradas, que reflejó la tensión del momento. Ella le había pedido que fuera solo. No hubo lugar para la prensa, tanto medios nacionales como internacionales, que se agolparon -en medio de tironeos y de un fuerte cordón policial- en la puerta de la Residencia Presidencial sobre la calle Carlos Villate, a la espera de una anunciada y frustrada conferencia de prensa de Macri. La situación caótica generada por el amontonamiento de periodistas y vecinos en la calle, obligaron al presidente electo a volver a entrar por el mismo portón caminando y subirse a su camioneta para retirarse por la puerta de la Avenida Maipú, en el otro extremo de la quinta.

Macri llegó sentado en el asiento trasero de una camioneta negra Gran Cherokee en medio de unos doscientos vecinos que lo felicitaron por el triunfo en el balotaje.

Los simpatizantes, la mayoría señoras, se acercaron a la residencia oficial con carteles con las leyendas ‘Bienvenido señor presidente‘, ‘Cárcel a los korruptos‘, ‘Campagnoli para la Procuración‘ y le gritaban ‘Sí se puede, sí se puede…‘ la arenga durante la campaña de Cambiemos.