Desolador. Fueron 34 los cóndores muertos, una oveja y un puma. Se envenena a animales menores para eliminar zorros y pumas depredadores.

 

Análisis realizados con muestras de tierra, agua y flora de la zona donde encontraron muertos a 34 cóndores en la localidad de Los Molles, del departamento mendocino de Malargüe, confirmaron que se trató de un envenenamiento con carbofurano, un pesticida de toxicidad aguda.

El fiscal Javier Giaroli informó ayer que el titular del laboratorio que analizó las primeras muestras enviadas a la ciudad de Buenos Aires le “reveló telefónicamente que se había logrado determinar que las muestras presentaban rastros de carbofurano”, lo que confirma la hipótesis inicial de la justicia. Asimismo, indicó que se están realizando otras medidas junto a la Policía Rural y la Unidad Investigativa de Malargüe en los parajes de Valle Hermoso, Las Leñas, Los Molles y el Sosneado.

Por la muerte de los 34 cóndores fue imputado el puestero Nibaldo Baigorria por “daño agravado por uso de sustancia venenosa e infracción a la Ley de Fauna”, pero se le otorgó la prisión domiciliaria por motivos de salud. La justicia sigue buscando a un segundo imputado de apellido Rojas que continúa en calidad de prófugo.

Por su parte, el especialista en Ecotoxicología, Rafael Lajmanovich, explicó que el carbofurano “se está echando deliberadamente al ambiente”. “Son prácticas habituales ilegales que se hacen con el objetivo de matar al puma o al zorro que ataca animales de cría en las granjas”, o para “eliminar patos en las arroceras”, contó a Télam Lajmanovich, de la Cátedra de Ecotoxicología de la Universidad Nacional del Litoral.

El carbofurano es “un compuesto organofosforado de toxicidad aguda, que no es muy detectado por los animales”, envenena por ingestión o inhalación, y tiene fórmula granular o líquida, describió el especialista.

“Es una práctica extremadamente peligrosa y riesgosa, y se están viendo las consecuencias. Desafortunadamente murieron cóndores y se supo, pero puede matar animales más pequeños e incluso dañar a una persona, porque se está echando deliberadamente una sustancia tóxica al ambiente”, enfatizó Lajmanovich.

El envenenamiento “se hace como práctica habitual cuando un puma ataca animales de cría, como una oveja, y a esos cadáveres se les aplica gránulos alrededor, ya que los mismos animales que los cazaron, vuelven a comer y se envenenan. Ese sería el objetivo: matar el puma o el zorro”, relató el especialista.