El Senado aprobó ayer por amplia mayoría y envió a la Cámara de Diputados el proyecto de ley de financiamiento de los partidos políticos, que, entre otras cosas, levanta la prohibición para que las empresas privadas puedan aportar a las campañas y establece la bancarización del sistema. Además, establece que las agrupaciones no podrán recibir de una misma persona -humana o jurídica- un monto superior al dos por ciento de los gastos permitidos para cada campaña electoral.
El proyecto consiguió 48 votos a favor (11 más que la mayoría especial requerida) provenientes del peronismo, de Cambiemos y de partidos provinciales; y dos en contra, en una votación de la que se ausentó el kirchnerismo.
El proyecto, que había sido devuelto a comisión el 27 de marzo pasado, finalmente obtuvo el consenso para ser aprobado, y ahora la intención de Cambiemos es introducirlo en el temario de la sesión del
próximo miércoles en Diputados, para que se convierta en ley.
Para conseguir la sanción, el peronismo cedió ante Cambiemos al permitir que se rechace a los sindicatos como aportantes a las campañas políticas, tema que hasta última hora mantuvo latente la posibilidad de que fracasara la sesión.
Así, el peronismo perdió la votación del artículo que proponía la inclusión de los sindicatos como aportantes al no alcanzar la mayoría requerida (37); e inmediatamente le facilitó a Cambiemos algunos votos para que, en otra votación, pudieran superar esa mayoría para aprobar el texto que deja afuera a los gremios.