Prudencia. Ojea ocupó diversas comisiones dentro de la Conferencia Episcopal. Se lo conoce por su prudencia, su sensibilidad social y su inclinación al diálogo.
 

 

Monseñor Oscar Ojea, obispo de la diócesis bonaerense de San Isidro, fue elegido ayer nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) para el trienio 2017-2020 y sucederá en el cargo a monseñor José María Arancedo, quien no podía ser reelecto para conducir la Iglesia por un tercer período.

El prelado sanisidrense, de 71 años, será secundado por el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y el obispo Marcelo Colombo, de La Rioja, en las vicepresidencias primera y segunda, respectivamente.

La sorpresiva elección de Ojea como titular del Episcopado se produjo luego de que el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Poli -que se presentaba como el candidato “natural” para suceder a Arancedo-, saliera elegido en la primera votación -con los dos tercios de los votos- y se autoexcluyera del cargo, resignando la presidencia. Según fuentes eclesiásticas, tras la renuncia de Poli, hubo que realizar una segunda votación, donde no se logró alcanzar los dos tercios de los sufragios, y se procedió a una tercera vuelta, en la que Ojea se impuso por mayoría simple.

En tanto, el obispo de Chascomús, monseñor Carlos Malfa, fue reelecto como secretario general del episcopado por un segundo trienio. La elección se realizó ayer por la tarde en el marco de la 114 Asamblea Plenaria del Episcopado, que hasta el sábado se desarrolla en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera, de la localidad bonaerense de Pilar. La Oficina de Prensa de la CEA precisó que las votaciones continúen al menos hasta el viernes a la mañana con la elección de presidentes y miembros de las comisiones.

Ojea (presidente saliente de Cáritas) se impuso por sobre el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Poli, que se presentaba como el candidato “natural” para suceder a Arancedo, quien no podía ser reelecto por cumplir dos períodos de tres años al frente del organismo, según lo establece el estatuto episcopal. En tanto, el cardenal Poli fue reelecto como vicepresidente primero del organismo.

Poli contaba con la “bendición” del papa (Jorge Bergoglio), quien lo designó su sucesor en Buenos Aires en 2013, aunque en ambientes eclesiásticos advirtieron que la relación entre ellos es “algo distante” en los últimos meses. Además, el grupo “más bergoglista” respaldaba la candidatura presidencial de Ojea, que acompañó como obispo auxiliar de Buenos Aires la tarea del entonces cardenal Jorge Bergoglio, hoy papa Francisco, con quien mantiene una estrecha relación.

Con 71 años recién cumplidos, Ojea hace seis años que se desempeña como titular de Cáritas, el organismo de la Iglesia que se encarga de la ayuda a los sectores más necesitados.

Se lo conoce por su prudencia, su sensibilidad social y su inclinación al diálogo, cualidades que lo convirtieron en los últimos años en un referente del campo social de la Iglesia argentina.

Desde la presidencia de Cáritas, Ojea confirmó ante sus pares del Episcopado sus dotes de liderazgo así como su capacidad de administrador.

Nacido en Buenos Aires, Ojea fue ordenado sacerdote el 25 de noviembre de 1972, elegido obispo auxiliar de Buenos Aires en mayo de 2006 por Benedicto XVI, y ordenado obispo en setiembre de 2006 por el cardenal Jorge Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires. En el 2009 fue trasladado como obispo coadjuntor de San Isidro. La elección de Ojea, cuya candidatura siempre estuvo “bendecida” por Francisco, se puede leer como una búsqueda de alinearse completamente con el mensaje y la prédica del pontífice y encauzar una probable visita al país. Agencias
 

Por Macri

 

Fuentes eclesiásticas informaron que la flamante comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina evalúa pedir una audiencia con el presidente Mauricio Macri a modo de “saludo protocolar”. Los obispos deben continuar con las votaciones de la totalidad de las comisiones que integran el Episcopado.