El paraje Pan de Azúcar figura en el mapa de San Juan. Está en el Médano de Oro, cerca del cerrillo de Barboza, entre las calles Alfonso XIII, América, 11 y 18. Pero ni la mayoría de los habitantes del lugar ni la Policía que pertenece a esa jurisdicción saben que el lugar se llama así. Simplemente le dicen "Médano de Oro".
La razón de esto es simple: la gente que vive allí no tiene más de 40 años. Se trata de una población que se asentó en la última década. Los antiguos habitantes murieron o se mudaron. Y con ellos se fue el nombre del lugar y su historia.
"¿Pan de Azúcar?, ni idea. No sé dónde queda. ¿Seguro que es por acá?". Eso es lo que repite la mayoría de los lugareños. En todo el paraje no hay más de 100 casitas de barro, aparte de los pocos puestos de cabras que quedan. Pero Miriam Velásquez, una de las pocas personas que nació en el lugar y que todavía sigue viviendo, dice la frase esperada: "ese nombre se lo escuché a mi papá, hace muchos años. Él me contaba que así le decían a este lugar".
"Sé que a ese lugar se le llamaba así. Pero con los diferimientos empezó a poblarse con gente de otros lugares que no conocen la historia del paraje", dijo Duilio Castro, que hace dos años publicó un libro con la historia del departamento de Rawson.
Por qué le colocaron Pan de Azúcar al paraje es un dato incierto. Hay una hipótesis que afirma que se debe a que el cerrillo Barboza se asemeja a un pan que se hacía con azúcar. Esta es la razón por la que dos cerros que están en Brasil y Córdoba también llevan el nombre de Pan de Azúcar. "No hay registros sobre la colocación del nombre. Todas son suposiciones", dijo Duilio Castro.
Llegar a Pan de Azúcar no es fácil. Hay que tomar el último trayecto de la calle Alfonso XIII, que está en muy mal estado, luego doblar al Este por la 11 hasta llegar a calle América. Pero una vez que se llega al lugar, el paisaje es tan imponente que ya no puede borrarse de la memoria. Es que un inmenso desagüe le da vida a una frondosa vegetación. "Hace 70 años había que atravesar un pantanal enorme para llegar. El agua daba hasta la cintura", dijo Marta Arévalos, otra de las lugareñas que guarda en su memoria el nombre Pan de Azúcar.

