Rafael Grossi es un diplomático de carrera con más de 35 años de experiencia profesional en el campo de la no proliferación y el desarme.

 

Argentina se anotó ayer un hito a nivel internacional de la mano del diplomático, Rafael Grossi, de 58 años, fue electo ayer para dirigir durante los próximos cuatro años el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA, al frente del cual tendrá que tratar asuntos tan complejos como el programa atómico iraní o la seguridad de las centrales en el mundo.

Grossi es el primer latinoamericano en dirigir este organismo del sistema de Naciones Unidas, creado en 1957 para atender los riesgos y amenazas, y también todo el potencial de desarrollo, de la energía atómica. 

El representante argentino, nominado por el presidente Mauricio Macri logró 24 votos de los 35 Estados que forman la Junta de Gobernadores de la agencia nuclear de la ONU, que es su organismo ejecutivo. Con esos votos Grossi, quien hasta el momento se desempeñaba como embajador argentino en Austria, logró la mayoría de dos tercios que se requiere para ser el nuevo director general y suceder al japonés Yukiya Amano, quien falleció el pasado julio.
Grossi destacó en Viena el ‘apoyo muy decidido y unánime‘ de los países de América Latina y el Caribe que recibió su candidatura y agradeció por la postulación al presidente Mauricio Macri.

El nombramiento de Grossi debe ser aún ratificado en una Conferencia General extraordinaria del OIEA que se celebrará en la segunda mitad de noviembre, un paso que se considera una mera formalidad. Su mandato está previsto que comience el primero de enero de 2020.

Al frente del organismo del que ya fue director adjunto entre 2009 y 2013, a Grossi le esperan varios retos, entre los que destaca el papel del OIEA en la verificación de la no proliferación de las armas nucleares.

‘Es una tarea muy amplia y muy diversificada‘, explicó el argentino, mientras detallaba el importante papel que cumple el OIEA para controlar los materiales nucleares, gestionar crisis como la de Irán o Corea del Norte o promocionar y asistir a los países en materia de usos pacíficos de la energía nuclear.
Precisamente, esta agencia nuclear trata con asuntos tan complejos y delicados como verificar que el programa atómico iraní no tiene una vertiente militar o garantizar la seguridad de las centrales atómicas.

El OIEA es también el encargado de verificar si Irán cumple con los compromisos del acuerdo nuclear que firmó en 2015 con seis grandes potencias -Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido, Francia y Alemania- y del que Washington salió el año pasado de forma unilateral.

Desde mayo pasado, Irán comenzó a incumplir el acuerdo nuclear para presionar a los países europeos para que garanticen las ventajas económicas del pacto tras la salida de Estados Unidos y compensen los daños causados por las sanciones de Washington que lastran su economía.
 

Un diplomático de alta escuela

Tras titularse en Ciencias Políticas por la Universidad Católica de Argentina, Grossi realizó sus estudios diplomáticos en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación. También tiene una maestría en Relaciones Internacionales y un doctorado en Historia y Política Internacional por la Universidad de Ginebra.

Grossi trabajó en la Dirección de Asuntos Nucleares de la Cancillería argentina y ha representado a su país en numerosos foros internacionales de asuntos de seguridad, desarme y no proliferación

nuclear. En 2015, por ejemplo, presidió la Conferencia Diplomática sobre la Convención de Seguridad Nuclear, convocada para revisar las cuestiones de seguridad atómica después del accidente en la central de Fukushima en 2011.

Orgullo de Macri
 

El presidente Mauricio Macri destacó ayer la elección del argentino Rafael Grossi como director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y afirmó que su nombramiento es un "hito histórico" en el compromiso de Argentina con la no proliferación y el uso pacífico de la energía nuclear."