El arrepentido exfuncionario Claudio Uberti confesó a la Justicia que el dinero de las coimas que presuntamente cobraba el Gobierno kirchnerista a empresas debía viajar a Río Gallegos (Santa Cruz), donde el matrimonio presidencial tenía una casa en la que había instalado bóvedas.
Uberti, el exfuncionario K que tenía a su cargo los contratos de concesión de los corredores viales, relató situaciones de "ira" protagonizadas por el fallecido expresidente Néstor Kirchner.
"El encargado de comunicarme mis tareas fue el ministro de Planificación, Julio De Vido. Me fijó una meta: debía recaudar 150 mil (dólares) por mes de cada una de las empresas concesionarias que estaban en mi área", contó.
Tenían que ser dólares, sin excepción. La rigidez de ese principio lo entendió un día en el despacho presidencial cuando llegó con la recaudación del día a ver a Néstor Kirchner. "Le entregué el bolso y le conté que una empresa había aportado solamente pesos; explotó, su ira fue tal que empezó a pegarle patadas al bolso y volaron los pesos por todo el despacho", recordó en tribunales por estos días.
"Me maltrataban mucho. Un día, Néstor Kirchner repentinamente se dio vuelta en un avión en el que viajábamos los dos y me pegó sin ninguna razón aparente", según publicaron ayer medios digitales tras las recientes declaraciones de Uberti, que el lunes y el martes pasado estuvo por tribunales porteños.
Según Uberti, "las valijas tenían por destino la casa de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner en Río Gallegos ubicada en la esquina de la calle 25 de Mayo". Esta propiedad santacruceña fue vendida después de 2007 a Lázaro Báez. Desde entonces, nadie la habitó. El empresario K la custodió celosamente pero nunca vivió nadie allí. El año pasado, como parte de la investigación por la causa de la Ruta del Dinero K, esa casa fue allanada por el juez Sebastián Casanello. Estaba sin muebles, completamente vacía, y sólo llamó la atención un recoveco encontrado en un altillo.
El dinero era llevado a esa casa de 25 de Mayo y Maipú -según la declaración de Uberti- "porque era donde se encontraban bóvedas que (Kirchner) había comprado al Banco Hipotecario".
El exfuncionario kirchnerista Claudio Uberti es el primero de su condición en convertirse en imputado colaborador en la causa de los cuadernos de las coimas.
"El día que murió Néstor Kirchner en el departamento de Juncal (en el barrio porteño de Recoleta) había 60 millones de dólares". La frase fue una de las que pronunció Claudio Uberti -ex titular del organismo que controlaba las obras y las concesiones viales durante el gobierno del santacruceño- el martes en el juzgado de Claudio Bonadio, como ampliación de la declaración que había hecho un día antes.
Uberti se refiere a la vivienda del matrimonio Kirchner en Juncal y Uruguay, mencionada decenas de veces en los cuadernos del chofer Oscar Centeno como el lugar en donde se llevaban los bolsos con dólares que recaudaba Roberto Baratta, exfuncionario del Ministerio de Planificación.
Según fuentes que conocen el contenido de las declaraciones de Uberti del lunes y martes ante el juzgado de Claudio Bonadio, durante un viaje Néstor Kirchner le dijo a Uberti que le pidiera al empresario hotelero Juan Carlos Relats que pusiera 105.000 dólares mensuales porque "Cristina está haciendo una construcción en Los Sauces y necesita plata blanca".
El rechazo en el Senado
Por segunda vez en una semana, el Senado argentino volvió ayer a rechazar debatir sobre la situación judicial de la expresidenta y actual senadora Cristina Fernández de Kirchner, ya que la mayoría de legisladores, sobre todo del ala peronista, declinaron acudir a la sesión y tuvo que aplazarse nuevamente.
De los 72 miembros de la Cámara, solo 36 ocuparon su escaño, por lo que no se logró el quórum de la mitad más uno requerido para la sesión, en la que se iba a tratar si se autoriza a un juez a hacer registros en los domicilios de Fernández, sospechosa de recibir coimas de empresarios de la obra pública durante su Gobierno (2007-2015) y el de su esposo, Néstor Kirchner (2003-2007).