Los legisladores del oficialismo y del bloque Justicialista lograron emitir esta tarde dictamen al proyecto de Reforma Tributaria, por lo que la iniciativa será tratada en el recinto de la Cámara de Diputados la semana próxima.
El proyecto contempla, entre otras cuestiones, gravar la renta financiera, prevé beneficios para las empresas que inviertan sus ganancias y rebajas del IVA para productos de la canasta familiar, además de crear un gravamen del 17% para la cerveza y un esquema gradual para las bebidas azucaradas.
La iniciativa -que recibió cambios respecto del proyecto original enviado por el Poder Ejecutivo- fue debatida esta tarde en el marco de una reunión de la comisión de Presupuesto y Hacienda, presidida por Luciano Laspina (PRO) y será tratada en el recinto de la Cámara baja el martes próximo, con el objetivo de darle media sanción y enviarla de inmediato al Senado.
En el inicio del debate, Laspina destacó los cambios ‘consensuados‘ con la oposición que alcanzaron, entre los que mencionó que, a pedido de Diego Bossio (Justicialista), se establecerá la exención del impuesto a las Ganancias para los inversores no residentes, salvo en el caso de Lebacs.
Si bien Laspina aclaró que habrá tiempo hasta mañana al mediodía para la presentación de los dictámenes de minoría, el oficialismo ya obtuvo la firma de sus 22 diputados y de la santiagueña Norma Abdala de Matarazzo, y en disidencia parcial por seis justicialistas y Martín Losteau, lo que alcanzó la mayoría necesaria.
El Frente para la Victoria y el Frente Renovador, que se referencia en Sergio Massa, anticiparon que presentarán en las próximas horas dictámenes de minoría por separado.Este proyecto forma parte de un paquete que integran el Presupuesto 2018, el revaluó de las ganancias de las empresas, responsabilidad fiscal y las reformas tributaria, previsional, y laboral, y la ratificación del Pacto Fiscal firmado con 23 provincias, que ya fue aprobado por el Senado.
Un cambio significativo en el proyecto de reforma tributaria fue reducir a la mitad la alícuota del IVA que tributan pollos, cerdos, y conejos, de manera de facilitar una baja en los precios al consumidor de esos productos alimenticios de neto corte proteico y que son clave de la canasta familiar.
Otro de los cambios sustanciales estuvo vinculado a los impuestos internos de la cerveza, que a propuesta del justicialista Diego Bossio, se elevó el tributo del 8 al 17 por ciento, mientras que se estableció un sistema gradual para las bebidas azucaradas, que inicialmente tenían también una tasa del 17%.
Respecto a este último ítem, el proyecto estableció un nuevo esquema para el gravamen y habrá un mínimo no imponible de 40 gramos por litro para las bebidas azucaradas con cualquier tipo de endulzante y una vez que el contenido supere los 40 gramos, se comenzará a pagar 3,4 centavos por gramo.
En el caso de aquellas que contengan un 20 por ciento de jugo natural recién estarán gravadas cuando superen los 50 gramos de azúcar por litro. Como se acordó tiempo atrás tras la queja de los gobiernos de Mendoza y San Juan y de toda la cadena vitivinícola, no se aplicará ningún tipo de gravamen al vino.Desde el kirchnerismo, el legislador Guillermo Carmona calificó de ‘absolutamente regresiva‘ la decisión sobre las bebidas azucaradas porque ‘no hay diferencia‘ entre las endulzadas con azúcar o con jarabe de maíz y advirtió que ‘el tratamiento no puede ser el mismo‘.
Desde el oficialismo, el macrista Laspina salió al cruce del diputado del FPV al argumentar que el esquema impositivo se ‘realizó de acuerdo a las recomendaciones del Ministerio de Salud‘.Otro de los artículos del proyecto prevé que las empresas no pagarán aportes patronales hasta una remuneración bruta de $12.000 hasta 2022, en una escala que comienza el año próximo con 2.400 pesos, prosigue en 2019 con 4.800, en 2020 con 7.200 y en 2021 con 9.600 pesos.
Además, la reforma tributaria contempla, entre otras cuestiones, la derogación del Fondo del Conurbano y la distribución del 20 por ciento del Impuesto a las Ganancias que se derivaba al Anses entre las provincias y Nación por el sistema de coparticipación federal, en tanto que el sistema previsional se financiará con la totalidad de la recaudación del denominado Impuesto al Cheque.
En el proyecto, que consta de 12 capítulos y suma un total de 220 páginas, se mantiene el deseo de las autoridades nacionales de que la reforma sea de carácter ‘gradual‘ y que en un plazo estimado en cinco años -para 2022- la presión tributaria sea menor, de manera de alentar la inversión y la creación de empleo.
En este marco, la iniciativa -en su artículo 115- también prevé elevar del 4% al 5% la alícuota que grava el uso de la telefonía móvil y satelital.Por otro lado, se acordó dispensar a la AFIP de seguir o no con la acción penal cuando así lo considere, ante una presentación espontánea del contribuyente y se incluyó una deducción especial para las mutuales de 1 millón de pesos por los gastos efectuados en servicios sociales para que no sea alcanzado por el impuesto a las ganancias.
En su exposición, Bossio dijo que el proyecto de reforma ‘no es una ley que va a cambiar los impuestos ni va a traer una reestructuración del sistema‘ y se pronunció a favor de continuar conversando ‘para ver de qué manera podemos resolver el tema de manera puntual y encontrar una solución que involucre el tema de la salud pero que no implique perjudicar a las pymes‘.
Por el Frente Renovador, el diputado santafesino Alejandro Grandinetti, anticipó que el massismo impulsará un dictamen propio, a la vez que cuestionó al oficialismo por acelerar la firma del proyecto, al advertir que ‘se necesita más tiempo y consenso para debatir y no que a los apurones saquemos la ley‘.