El eje clave que atraviesa a la Cumbre del G-20, que reunirá a los líderes mundiales que representan el 85% de la producción económica mundial, son las trabas comerciales que le ponen freno al libre comercio. Estas trabas, o proteccionismo, tiene como principal exponente a Donald Trump que en su afán de proteger a la economía de EEUU ha desatado una multimillonaria guerra comercial con el otro gigante: China. Esta guerra, que implica la suba de aranceles a los productos chinos que ingresan a suelo estadounidense, ha dejado soldados (productores) heridos en los dos bandos, pero también amenaza el crecimiento global y tiene en vilo a los mercados.
Hasta ahora han sido en vano los esfuerzos internacionales para que estas dos potencias busquen una salida a su disputa comercial. Pero ahora se abrió una puerta para negociar y será durante una cena en Buenos Aires.
Según informó ayer la Casa Blanca, el presidente Trump extenderá su estadía en Argentina -llega la medianoche de este jueves para asistir a la Cumbre del G-20 que sesiona viernes y sábado próximos en Buenos Aires- para intentar un acuerdo con su par de China, Xi Jinping, que ponga fin a la guerra comercial.
Trump y Xi mantendrán una "cena de trabajo" junto a sus respectivos equipos, y según expresó ayer el propio jefe de Estado de EEUU, ve "buenas opciones" de llegar a un acuerdo con su homólogo chino.
De igual manera se expresó el principal asesor económico de Trump, Larry Kudlow, en una rueda de prensa en la Casa Blanca: "En mi opinión, hay buenas opciones de que se pueda llegar a un acuerdo, y él está abierto a eso", manifestó.
El mandatario estadounidense exigirá en esa cita que Pekín cumpla "ciertas condiciones" para asegurar que el comercio bilateral es "justo y recíproco", explicó Kudlow. "Por ejemplo, deben resolverse los problemas del robo de propiedad intelectual, de transferencias forzadas de tecnología, de las barreras aduaneras y no aduaneras", indicó el funcionario. "Queremos un mundo, idealmente, de cero aranceles, cero barreras no aduaneras y cero subsidios", agregó.
Kudlow presumió de la salud de la economía de EEUU, que está "en muy buena forma", y opinó que eso mejorará la posición negociadora de Trump en su encuentro con Xi.
La mayoría de los observadores creen que China está en una plena caída, mientras que EEUU llega a esta cumbre en una postura muy fuerte y sólida.
En septiembre, Trump impuso un arancel del 10% a 200.000 millones de dólares de importaciones chinas, que subirá al 25% en enero de 2019, y ha amenazado con gravar bienes por otros 267.000 millones de dólares.
China ha aplicado medidas recíprocas a más de 110.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses.
Economistas han advertido que esta guerra comercial tendrá como consecuencia un encarecimiento de los productos afectados, una reducción del comercio global, una alteración en las cadenas de bienes intermedios y una pérdida de poder adquisitivo de los consumidores en general, todo a escala planetaria. ¿Podrá la cena en Buenos Aires parar esta guerra
Otras papas calientes en el horizonte
El asesor presidencial John Bolton adelantó que la agenda de Donald Trump con Putin incluirá temas de "control de armas, Medio Oriente y, en general, continuar la discusión que comenzaron en Helsinki". La última vez que los dos líderes se encontraron a solas fue en julio en la capital de Finlandia en un encuentro que desató una lluvia de críticas en EEUU porque Trump afirmó que le creía a Putin y que Rusia no había interferido de ninguna manera en la campaña y las elecciones presidenciales de 2016, que lo llevaron al poder.
Actualmente, un fiscal especial investiga dentro del FBI el posible complot entre la campaña electoral de Trump y el gobierno ruso para perjudicar a la entonces candidata demócrata Hillary Clinton. Todas las semanas se conocen nuevos avances de la investigación sobre reuniones secretas que mantienen el tema como uno de los más calientes y sensibles en Washington. El otro tema caliente que enfrentará Trump en Buenos Aires será el escándalo desatado por el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi en octubre en el consulado de ese reino en la ciudad turca de Estambul.
Bolton ratificó la posición de Trump de apoyar al príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salman, a quien la agencia de inteligencia estadounidense CIA y los principales medios del mundo sindican como el máximo responsable del secuestro, tortura, asesinato y desmembramiento de Khashoggi. Aunque en principio se dijo que sí, Trump no se reunirá con el príncipe saudita en su paso por Argentina.