Su nombre es Miguel Ramos y desde el lunes tiene movilizada a la Policía por un testimonio que ayer recorrió los medios de todo el país. Es el hombre que dice: “Estoy seguros que eran ellos”, en referencia a que supuestamente vio en San Juan a los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, los condenados por el triple crimen de General Rodríguez que fugaron el domingo último del penal de la ciudad bonaerense de Alvear. El testigo también aclaró que ‘no es mi meta buscar la recompensa, pero si llega a venir, bienvenido sea’. Ayer, los investigadores empezaron a descreer de su relato después de analizar las grabaciones de las cámaras de seguridad situadas en el lugar donde éste dice que tuvo el encuentro con los evadidos y en cuyas imágenes no se ve que haya hablado con algún automovilista, aseguró una alta fuentes de Gobierno.

Ramos (40), que es técnico en telecomunicación y no ingeniero, habló con DIARIO DE CUYO y ratificó la versión dada ante la Policía y el juez Pablo Flores, que dispusieron un amplio operativo de control en rutas, restaurantes y alojamientos de toda la provincia en busca de pistas sobre los Lanatta y Schillaci. En ese relato, Ramos señaló que el lunes al mediodía, al detenerse en el semáforo de Av. Rawson y 25 de Mayo, se cruzó con los ocupantes de una camioneta VW Amarok. “Me preguntaron si iban bien para Jáchal y si tenían salida para La Rioja o Tucumán, pero yo les sugerí que se vuelvan 10 días para atrás y vayan por Caucete… Le dije que se fueran por la Difunta hasta que encuentren un puesto de Gendarmería. Cuando nombré a la Gendarmería, como que se exaltaron. La mujer, que viajaba atrás, dijo rápido: ‘No, no. Mejor por acá, más tranquilo’. Ahí ella me preguntó si más adelante había alguna posada o un lugar para descansar un poco y comer tranquilo’, aseguró.

El diálogo duró segundos y se marcharon, explicó. Cerca de las 13, Ramos llegó a su casa y vio el noticiero. “Veo sus caras por la televisión y dije: ‘estos son los que me crucé’. El que conducía era uno de los Lanatta, no el que hizo la denuncia con Jorge Lanata (por la entrevista a Martín Lanatta, que involucró a Aníbal Fernández en el triple crimen). Seguro era él, el más gordito. No tengo la menor duda”, señalando que el conductor era Cristian Lanatta. ‘El otro flaco que iba al lado del conductor, ése sí era el otro Lanatta (por Martín). Después lo reconocí. Al que viajaba atrás no lo pude ver. Y a la chica, sí, era jovencita’, agregó.

Afirma que estuvo meditando por horas antes de recurrir a la Policía. “Nunca pensé en la plata. Yo vivo de mi trabajo. ¿Qué fundamento tiene que vaya a decir una mentira? Creo que cumplí con el deber de un ciudadano. No fue mi meta buscar la recompensa, pero si llega a venir, bienvenido sea”, lanzó. Lo cierto es que su testimonio, como el de la mujer que habría visto unos ‘porteños’ en esa zona, son muy débiles para la Policía.