El reportero gráfico José Luis Cabezas fue homenajeado ayer en todo el país, al cumplirse 20 años de su asesinato, por sus familiares e integrantes de Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), quienes condenaron que todos sus asesinos estén en libertad, pero también agradecieron que ‘el grito de ’José Luis Cabezas presente’ se haga otra vez más en este día‘.
El primero de los actos centrales se realizó en la cava de General Madariaga, donde fue encontrado el cuerpo carbonizado del fotógrafo, con dos balazos y esposado por la espalda, luego de haber recibido durante un año amenazas por haber tomado la primera imagen del poderoso empresario Alfredo Yabrán, que tenía fuertes vínculos con la política y la Justicia.
Gladys Cabezas, hermana del fotógrafo, sostuvo frente al monolito que se levanta en General Madariaga en memoria de su hermano, que ‘los asesinos de Cabezas lo serán siempre, por más que vayan a misa‘, en referencia a uno de los argumentos establecidos por la Justicia para dejar en libertad condicional a Gustavo Prellezo, uno de los autores del crimen, y que fue beneficiado con ese régimen el 21 de diciembre último.
Tras remarcar que ninguno de los involucrados en el asesinato mafioso ocurrido en 1997 en Pinamar está hoy detenido, Gladys diferenció entre ‘los derechos y las decisiones‘ tras precisar que los criminales ‘eligieron matar a Cabezas por dos pesos‘.
Participaron también del acto el intendente del municipio de Madariaga, Marcos Adrián Jovanocich, y la viuda de Cabezas, María Cristina Robledo, quien cuestionó que ninguno de los asesinos de su esposo estén encarcelados, y los calificó como una ‘manga de asesinos‘ que ‘ahora están sentados en sus casas, mirando la tele‘.
En tanto el presidente de ARGRA, Ezequiel Torres, recordó a Cabezas -en otro homenaje, realizado en el Museo de la Memoria (Ex ESMA)- como ‘un laburante asesinado por cumplir su trabajo‘, y afirmó que ‘una de las grandes deudas que nos quedan es saber si hubo otros responsables intelectuales además de Yabrán‘.
El gobierno bonaerense homenajeó a Cabezas en Mar del Plata, durante el cierre de la muestra World Press Photo, y se habló del asesinato como ‘el mayor atentado contra la libertad de expresión desde el regreso de la democracia‘.