Un grupo de exsoldados que acampan desde hace siete años frente a la Casa Rosada comenzaron a construir ayer un refugio de cemento y ladrillos en plena Plaza de Mayo para ratificar el reclamo de que se los reconozca como veteranos de la guerra de las Islas Malvinas, en medio de una disputa de jurisdicciones e intervención de la Justicia porteña, que hoy denunciará a la Policía Federal por ‘no actuar‘ en el desalojo, pese a la orden de una fiscal.
El lugar elegido para iniciar la construcción (el mismo donde está la carpa) es parte del espacio público de la Ciudad de Buenos Aires aunque también es en su conjunto Monumento Histórico Nacional, cuya custodia está asignada a la Policía Federal.
La fiscal Claudia Barcia fue quien en un primer momento actuó de oficio y le ordenó a esta fuerza que impida la construcción, bajo el cargo de ‘delito por daño agravado y usurpación‘ encuadrado en el artículo 184 del Código Penal qué prevé entre 3 y 4 años de prisión para quienes llevaron adelante la obra.
La Policía Federal se hizo presente, aunque no intervino más allá de una misión de buenos oficios que no detuvo la obra que siguieron construyendo.
El conflicto fue creciendo a lo largo de la jornada, hasta que la fiscal porteña Verónica Guagnino hizo saber que hoy presentará una denuncia penal contra la Policía Federal por el delito de violación de deberes de funcionario público, al entender que la fuerza ‘podría haber evitado y actuado de oficio‘. En tanto, la Federal le informó a Barcia que ‘no‘ iba a intervenir en el caso al entender que la intervención en el asunto le corresponde a la Policía Metropolitana, bajo la órbita del Ejecutivo porteño.
‘Si nos van a dejar morir acá, por lo menos que sea bajo un techo‘, reclamaron los exsoldados mientras un grupo levantaba las paredes del refugio de 4 metros por 4 metros, con el que pretenden reemplazar el campamento los 400 exsoldados que en 1982 fueron afectados a la defensa de aeropuertos de base de guerra en la Patagonia. Ante la falta de respuesta por parte del Gobierno nacional sobre el reconocimiento, que implica un subsidio para cada veterano, los exsoldados resolvieron ‘reemplazar el campamento de lona por uno de ladrillo y cemento’, explicaron.

