Por la falta de moneda estadounidense, los importadores vienen sumando intranquilidad: denuncian que el Gobierno modificó sin explicación los criterios para permitir el acceso a dólares para realizar compras de insumos o bienes en el exterior.

En el Poder Ejecutivo aseguran que el sistema de habilitaciones fue ajustado después de que detectaron que un grupo de empresas aumentaron "de forma desmedida" sus importaciones: dicen que hubo "avivadas" entre algunas firmas para pedir más divisas de lo que necesitaban y que por eso ajustaron los controles.

La tensión entre importadores y el Gobierno, que se repite por las flacas reservas en el Banco Central, se intensificó en febrero. Aunque según fuentes del sector privado ya se venía incubando en los últimos meses. Las quejas de las firmas que traen del exterior desde insumos hasta bienes terminados apuntan al primer eslabón de la cadena de permisos para tener divisas a precio oficial.

El circuito para ingresar al Mercado Único Libre de Cambios (MULC) incluye paradas ante el Ministerio de Desarrollo Productivo, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y el Banco Central. El Gobierno suele reclamar ciertas proyecciones de inversión a las empresas para abrir la canilla de dólares a precio mayorista, con lo cual aplica un filtro para determinar hacia qué empresas o sectores fluirán o no las divisas.

El primer paso para desandar ese camino tiene lugar en el organismo tributario. La AFIP tiene para cada empresa una cifra -expresada en pesos- permitida para acceso a divisas que surge del cálculo de lo que se conoce como Capacidad Económica Financiera (CEF). Las empresas aseguran no tener conocimiento de cómo y con qué criterios puede llegar a modificarse esa primera ecuación.

Una fuente del sector privado mencionaba como ejemplo un caso de una empresa que tenía un cupo de $2.000 millones (unos U$S 18,9 millones a precio mayorista) para realizar sus operaciones de comercio exterior y que este mes esa cifra se redujo a apenas medio millón. "Estas empresas no tuvieron ninguna modificación en su comportamiento fiscal e impositivo para que su valor cambie. Sin embargo bajó y el número que le habilitan no guarda relación con el normal funcionamiento de esa empresa", consideraba un ejecutivo importador.

Fuentes oficiales aseguraron que efectivamente a fines del año pasado "hubo un ajuste" en esos parámetros y argumentaron que en la última parte del año habían detectado "un aumento desmedido de importaciones". Por eso, pidieron a AFIP que recalibre "para medir la capacidad económica de esas empresas" y para evitar "avivadas", dijeron desde un despacho oficial.

En otra oficina oficial remarcan que a pesar del cepo y del contexto de divisas escasas en las arcas del Central, las importaciones tuvieron a lo largo de 2021 un fuerte crecimiento, por lo que superaron los U$S 63.000 millones. De todas formas, reconocen que no hay divisas para todos: "Estamos para administrar lo que hay", repiten.

"El criterio de AFIP para realizar el CEF es secreto de Estado. Como empresario no tenés ni la menor idea de qué es lo que falla, qué te olvidaste de presentar, qué error cometiste, es todo a ojo de buen cubero", se quejó un ejecutivo importador. Otro empresario reclamaba "cuentas claras en el comercio exterior. Tienen que decirnos cómo lo calcularon, porque no es transparente. Tenés que saber por qué te sacan de la cancha".

En números

La industria argentina es casi totalmente dependiente del exterior: 80% de productos fabricados dentro del territorio nacional requieren de insumos importados. El porcentaje crece en los celulares. Los bienes finales, que se encuentran en supermercados, representan el 13% del total de las importaciones.