En el marco del paro docente que se desarrolla este jueves en las escuelas estatales de todo el país, en reclamo de la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) y de la “urgente convocatoria a la paritaria nacional docente”, se vivieron momentos de tensión frente al Congreso de la Nación, donde efectivos de la Policía de la Ciudad activaron el protocolo antipiquete e impidieron que los manifestantes cortaran las calles adyacentes al palacio legislativo.

La protesta se realizó con normalidad hasta las 12, cuando los agentes de la fuerza de seguridad porteña recibieron la orden para empujar a los docentes hacia arriba de la vereda, con el objetivo de liberar la circulación de vehículos sobre la avenida Entre Ríos.



Frente la resistencia de los manifestantes, los uniformados arrojaron gas pimienta sobre los manifestantes y los empujaron con sus escudos hacia la vereda del Congreso.

Tras algunos minutos de tensión, durante los cuales docentes y policías quedaron cara a cara, el grupo que encabezaba la protesta acató el pedido y continuó su reclamo sobre la Plaza del Congreso.

La medida impulsada por CTERA presiona para exigir no sólo el envío del FONID, sino también del Fondo de Compensación Salarial Docente (que sólo cobran las provincias de menores recursos), financiamiento para escuelas técnicas, comedores y copa de leche, e infraestructura escolar, sobre todo para la construcción de jardines de infantes y escuelas secundarias.

“Son fondos nacionales para los que estaban asignadas las partidas en el presupuesto. El Gobierno había confirmado que los enviaría en las reuniones de la paritaria nacional, pero aún no llegó nada a las provincias. El único fondo nacional que sí se envió es el de la quinta hora de clase, y algo para evaluación”, especificó Sonia Alesso, secretaria general de CTERA, a Infobae.

El paro también es en reclamo de “la restitución de un piso salarial a nivel nacional”, mientras permanece abierta la negociación del salario mínimo. Ya hubo tres reuniones entre los gremios nacionales y las secretarías de Educación y de Trabajo del Ministerio de Capital Humano, en las que participaron también los ministerios de Educación provinciales. En la última reunión, la propuesta oficial fue llevar el salario mínimo docente a $325.000, pero la oferta fue rechazada.



Fuentes de la Secretaría de Educación dijeron a Infobae que están “en diálogo con todos los sectores” y confirmaron que la mesa salarial se encuentra en cuarto intermedio. El miércoles el vocero presidencial, Manuel Adorni, había asegurado que el Gobierno nacional “va a descontar” el día a los docentes que adhieran al paro. Sin embargo, esa es una medida que solo puede tomar cada provincia.

En CABA, el gremio UTE (que forma parte de CTERA) adhirió a la medida de fuerza, y participa de una movilización de la CTA al Congreso de la Nación “en defensa de las jubilaciones y contra el ajuste a la movilidad jubilatoria”. En provincia de Buenos Aires, SUTEBA también se sumó a la medida. Desde CTERA anticiparon que lanzarán una campaña de firmas para “exigir al Gobierno nacional que garantice la educación pública en todo el país”.

La fecha del paro coincide con un el aniversario del asesinato del maestro Carlos Fuentealba, el 4 de abril de 2007. Como parte de los reclamos, CTERA expresó que “rechaza el protocolo de seguridad del Gobierno nacional, que criminaliza la protesta social”. En Neuquén, la Asociación de Trabajadores de la Educación (ATEN) adherirá a la medida y realizará un acto a la mañana en Arroyito, al sur de la capital provincial, donde se realizó el operativo represivo que mató a Fuentealba.



Por la tarde habrá un banderazo por parte de sectores universitarios en la plaza que se encuentra frente a la facultad de medicina, a pasos del Palacio Sarmiento, sede de la Secretaría de Educación.

El de hoy es el segundo paro que CTERA le hace al gobierno de Javier Milei. El anterior había sido el 26 de febrero, en protesta contra la eliminación del (FONID), el Fondo de Compensación Salarial y los recortes en las partidas nacionales para programas educativos, infraestructura y comedores escolares.

Ayer, el vocero presidencial, Manuel Adorni, advirtió que se les descontará el día a quienes adhieran: “¿Qué aporte da un paro a la educación cuando algunos de ellos estuvieron a favor del cierre de las escuelas durante un año y medio en la pandemia? Siempre que alguien pare en algo que debería funcionar, se va a descontar el día o va a tener la consecuencia que la ley permita”.

Por otro lado, en CTERA señalaron que la huelga también tiene como fin solidarizarse con los trabajadores estatales. Es que la medida de fuerza se da en un contexto teñido por una fuerte conflictividad social ante la ola de despidos en el sector público y la compleja situación económica.

En los últimos días, el gobierno de Javier Milei ratificó su plan de recorte como estrategia para achicar el gasto del Estado y aceleró los despidos durante el feriado largo. Adorni sostuvo días atrás que el objetivo es llegar a las 15.000 bajas.

En respuesta a esto, el gremio ATE convocó a un paro y movilización este viernes dentro de un plan de lucha contra la decisión del Gobierno de rescindir cerca de 11.000 contratos. “Le vamos a dar pelea y le vamos a sacar la motosierra”, aseguró el titular de ATE Nacional, Rodolfo Aguiar, luego de hacer ingresos masivos y simultáneos a oficinas públicas.

Otro frente abierto que tiene el Gobierno está vinculado con la reacción de la CGT, que no descarta hacer otro paro general en las próximas semanas. Así lo confirmó Héctor Daer al salir de una reunión de la mesa chica en la sede de UPCN.