El Gobierno prepara medidas para frenar la fuerte caída de las reservas internacionales del Banco Central, que cayeron un 26% desde fines de diciembre del 2012 a menos de 32.000 millones de dólares debido a que la entidad se vio obligada a volcar divisas al mercado local por la escasez de dólares.

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, no detalló las medidas que se tomarán para frenar la caída de las reservas, de las que el Gobierno echa mano para cancelar vencimientos de deuda en moneda extranjera. Pero dio a entender que se profundizarían actuales restricciones para la utilización de tarjetas de crédito en el extranjero, que es uno de los motivos que está provocando la mayor demanda de dólares que el Banco Central se ha visto obligada a satisfacer.

Aunque ha acelerado el ritmo de su devaluación en los últimos meses, el Gobierno mantiene al peso artificialmente elevado, lo que ha perjudicado las exportaciones del país por la pérdida de competitividad.

Las menores exportaciones, la falta de acceso a los mercados de capitales tras la cesación de pagos del 2002 y una política económica intervencionista que mantiene alejada del país a la inversión extranjera son causa directa de la escasez de dólares.

Reportes de prensa dijeron que el nuevo ministro de Economía, Axel Kicillof, podría aumentar los impuestos que gravan el uso de tarjetas de crédito en el exterior para desacelerar la caída en las reservas del Banco Central. Actualmente, las compras de los argentinos en el extranjero son penalizadas con un gravamen del 20 por ciento sobre su valor.

También hubo especulaciones sobre un desdoblamiento del tipo de cambio con la creación de un dólar para el turismo que desaliente los consumos de argentinos en el exterior.

‘Desde el punto de vista cambiario, ustedes van a observar una serie de medidas y acciones que tengan que ver con estímulos a las exportaciones y con acciones concretas‘, explicó Capitanich.

La medida es parte de un control de cambios que impuso CFK a fines del 2011 para frenar una fuga de capitales, y que prohíbe a los ahorristas comprar dólares, impide las transferencias de divisas al extranjero y restringe el acceso de los importadores a la moneda estadounidense.