La segunda jornada de debate de la Ley Ómnibus terminó -nuevamente- en un cuarto intermedio sin definiciones. Pasada la medianoche, el oficialista Oscar Zago propuso interrumpir el debate hasta las 10 de la mañana, mientras continúan negociando los artículos clave sobre los que aún no hay acuerdo, como la potestad de tomar y reestructurar deuda, las privatizaciones y los cambios en seguridad.

A pesar de las últimas modificaciones, todavía persisten las diferencias internas en los bloques dialoguistas, que juegan un rol determinante para conformar una mayoría que avance con la media sanción. Dentro de la UCR, un sector referenciado en Facundo Manes se muestra irreductible y rechaza darle al gobierno facultades delegadas y pretende que las privatizaciones se debatan “ley por ley” en el Congreso.

Por su parte, Hacemos Coalición Federal terminó optando por dar libertad de acción a la hora de la votación de los artículos en particular. Los dos diputados socialistas y Natalia De la Sota quieren rechazar el proyecto en general y particularmente las privatizaciones. La Coalición Cívica se muestra inflexible sobre las facultades delegadas, que su fuerza política siempre rechazó. Por último, los diputados de Córdoba Federal, que responden al gobernador Martín Llaryora, siguen amenazando con restar apoyos si no se atiene a los reclamos de los mandatarios provinciales, a los que ayer el Gobierno prometió un nuevo pacto fiscal. “La coparticipación del impuesto PAIS sigue sobrevolando en las discusiones”, explicaron.

La deuda se volvió un tema candente. El oficialismo decidió mantener la derogación del artículo 1 de la Ley de Fortalecimiento de la sostenibilidad de la deuda pública (N° 27.612), conocida como “Ley Guzmán”, que ponía límites a la toma de deuda en dólares con legislación extranjera. Sin acuerdo con el radicalismo y HCF, ese punto se encamina a ser rechazado ya que defienden la potestad del Congreso de controlar al Ejecutivo.

Por la tarde, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, se reunieron con representantes de los dialoguistas. Según pudo saber Infobae, hubo avances sobre reestructuración de la deuda. No así sobre la potestad de tomar deuda en dólares sin autorización del Congreso.

“Nunca vi tanta predisposición para ayudar a un Gobierno. La forma en la que se manejan es un disparate. Le estamos dando crédito y ellos lo están erosionando. Y encima nos destratan”. La definición de un influyente legislador de la oposición dialoguista es un fiel retrato de lo que fue la jornada de ayer en la Cámara de Diputados. Enojos, reproches, negociaciones y cuestionamientos. Sorpresas y acusaciones de impericia. Todas provenientes del sector de la oposición que quiere colaborar con el Gobierno.

Fue un día de furia de las puertas hacia fuera del Congreso, con manifestaciones de los sectores de izquierda reprimidas por la Policía, que aplicó el protocolo antipiquetes de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pero también de tensión adentro de la Cámara de Diputados. En el recinto, donde los legisladores de Unión por la Patria y la izquierda pidieron un cuarto intermedio que no fue concedido.

En el oficialismo sintieron durante todo el día que la vocación de la oposición más dura fue trabar y alargar el debate parlamentario para estirar la votación. “Solo quieren retrasar la sesión”, se quejó un diputado libertario. Lo cierto es que las quejas hacia el oficialismo llegaron desde todo el arco opositor. Las más destacadas provenientes de los bloques de Hacemos Coalición Federal, UCR e Innovación Federal, claves en la negociación parlamentaria.

A lo largo de la tarde hubo distintas reuniones. El vicejefe de Gabinete, José Rolandi, estuvo con diputados del PRO, la secretaria presidencial, Karina Milei y el vocero Manuel Adorni, se reunieron con el presidente de la Cámara de Diputados, Martin Menem, para bajar la línea final de las negociaciones y conocer el estado de situación. En el recinto hubo encuentros entre los referentes de los bloques para poder avanzar en la votación general. Emilio Monzó, Cristian Ritondo, Juan Manuel López y María Eugenia Vidal, por un lado. Menem, Miguel Pichetto y Oscar Zago en otro sector. Rosca política a pleno.

A las 19 llegó al teléfono de los legisladores de la oposición dialoguista un borrador del proyecto de ley con parte de las modificaciones exigidas. Cambios sustanciales en el capítulo de privatizaciones de empresas del Estado, uno de los puntos más candentes en las negociaciones cruzadas que sobrevuelan la sesión en forma permanente. Dos realidades que conviven. La que tiene lugar en el recinto y la que se efectiviza en los despachos y pasillos del Congreso. Las exposiciones y el toma y daca de la política tradicional que Javier Milei tanto aborrece, pero en el que ha tenido que caer para sacar la ley.

La propuesta inicial la acercó el diputado de Hacemos Coalición Federal, Nicolás Massot, una de las espadas de la oposición dialoguista. La respuesta del Gobierno fue bajar de 36 a 27 las empresas para privatizar y acotar la delegación de poderes. Se eliminaron la emergencia fiscal y previsional.

De la lista de empresas privatizadas se quitaron Fabricaciones Militares, Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), Dioxitek, Fábrica Argentina de Aviones, Casa de Moneda, Radio Nacional de Universidad del Litoral, Servicio de Radio y Televisión de la Universidad de Córdoba, Vehículo Espacial Nueva Generación y Yacimiento Minero de Agua de Dionisio. Además, el Banco Nación, Nucleoeléctrica Argentina y ARSAT fueron habilitadas para privatizar parcialmente.

Esa contrapropuesta fue determinante para reencausar las negociaciones, bajar el nivel de tensión y conseguir el respaldo de la oposición dialoguista para dejar avanzadas las tratativas para que este viernes, cuando se reanude el debate, haya un consenso amplio que permitan que se aprueben los principales artículos de la ley.

“El Gobierno dice una cosa a la mañana y otra a la tarde. Es muy difícil negociar con ellos y se entorpece mucho el consenso. Es difícil trabajar a este ritmo y cuando se tratan de corrupto. Aun así, nosotros no vamos a condicionar las herramientas para gobernador”, se quejó una diputada radical durante la tarde.

El debate continuará con más de 30 oradores y estiman que la votación en general será cerca de las 14. En las filas de la oposición entienden que el Gobierno optó por postergar la votación en general para continuar negociando y para no correr el riesgo de quedarse sin quórum para la votación en particular. “A este ritmo vamos a terminar de votar los artículos el martes que viene”, bromeó un experimentado diputado radical mientras salía del recinto.