Abanderada de los humildes. Eva Duarte de Perón conoció al Gral. en 1944 en un acto solidario por el terremoto de San Juan.

 

Tras el triunfo de Alberto Fernández, el consejo directivo de la CGT solicitó formalmente al Arzobispado de Buenos Aires "la beatificación de Maria Eva Duarte de Perón", en el año del centenario de su natalicio, y reclamó a la Iglesia que se haga eco del "sentir popular para felicidad de fieles y santos".

Lo hizo a través de una nota dirigida al cardenal Mario Poli, arzobispo de la Arquidiócesis de Buenos Aires y primado de la Iglesia, el inicio de ese proceso.

"La CGT solicita que la Iglesia acompañe el sentir popular y coloque a Eva Perón en los altares", señala el comunicado firmado por Héctor Daer, Carlos Acuña, Julio Piumato y Jorge Sola.

Luego de cien años, "la figura y obra de Eva Perón alcanzaron el justo valor trascendente para el pueblo argentino y todos los pueblos del mundo con sed de justicia", afirmó la central sindical, que aseguró además que "el renacimiento del país se cifra en la recuperación de las fuentes espirituales de la nacionalidad".

También sostuvo que "circunstancias únicas vuelven a otorgar a la Argentina esa oportunidad", y añadió que el pontificado del papa Francisco "puede alumbrar el camino si el conjunto está dispuesto a seguir las huellas de los mejores hombres y mujeres".

"Eva Santa del Pueblo" es el nombre de la campaña iniciada en mayo último por la central sindical, a cien años del natalicio de Eva Perón -el 7 de mayo de 1919- para lograr "la beatificación" de la segunda esposa del expresidente Juan Domingo Perón.

La solicitud al cardenal Poli ya había sido presentada por la CGT de manera informal al papa Francisco, quien en 2017 introdujo un nuevo motivo para iniciar el proceso de beatificación y posterior canonización al incluir a quienes "con la intención de seguir al Señor e impulsados por la caridad, ofrecieron heroicamente su propia vida por el prójimo, aceptando libre y voluntariamente una muerte cierta y prematura".

El proceso es complicado, ya que fuentes eclesiásticas dijeron que un sacerdote debe postular al candidato y, el primer paso, es aceptar los motivos del peticionante, que tiene que ser un cura del lugar de nacimiento del candidato, en este caso Buenos Aires. Luego de reunir testimonios de quienes lo hayan conocido, el caso debe ser aceptado en Roma, que declara a esa persona "sierva de Dios", concluyeron esas fuentes.