Después de una ola de rumores, idas y vueltas, finalmente ayer por la tarde el presidente electo, Javier Milei, afirmó que "no hay ninguna reunión prevista" con el jefe de Estado, Alberto Fernández, y ratificó "el deseo de trabajar en defensa de la democracia y el comercio libre con todos los países del mundo". Al parecer se viene una transición difícil ya que el mandatario electo y el saliente no se ponen de acuerdo en las formas y el momento para definir el traspaso de mando.
"Vamos a ser muy explícitos sobre lo que es la herencia. El 10 de diciembre les vamos a hablar a los argentinos de este desastre", había aseverado Milei ayer en la mañana, quien adelantó que su equipo "ya" está "trabajando en la transición".
Según relataron fuentes de la Casa Rosada y del entorno de Milei, los dos sectores no logran definir un encuentro, que en un primer momento se había pautado para ayer en la Quinta presidencial de Olivos pero que ahora quedó sin fecha ni horario. En síntesis, la transición "ordenada y transparente" que pidió Milei se está complicando. El presidente electo quiere que el Gobierno le entregue toda la información disponible en el Estado para hacerla pública y poder avanzar con las nuevas medidas una vez que asuma el poder.
En el entorno de Milei persiste el fantasma de la ausencia de transición que hubo entre el gobierno de Cristina Kirchner y Mauricio Macri en el 2015. Ni siquiera se pudieron poner de acuerdo para la entrega del bastón presidencial en la Asamblea Legislativa del Congreso.