El diputado nacional y ex gobernador santafecino Jorge Obeid (Frente para la Victoria) falleció ayer en un sanatorio de la capital provincial, víctima de una enfermedad terminal que se había agravado el viernes último con un cuadro de tromboembolismo, informaron sus allegados.
Obeid, de 66 años, fue concejal e intendente de Santa Fe, dos veces gobernador de la provincia y había asumido en diciembre pasado su tercer mandato como diputado nacional. Allegados a su familia indicaron que el dirigente murió poco antes de las 16 y que sus restos comenzaron a ser velados desde ayer en la capital santafesina. Con su muerte, la provincia de Santa Fe y especialmente el justicialismo de ese distrito pierde a uno de los principales dirigentes desde el retorno a la democracia, ya que tuvo una activa participación desde su juventud.
El primer cargo electivo que ocupó fue el de concejal de la ciudad de Santa Fe para el período 1987-1991, tras lo cual se impuso en las elecciones a intendente, función que ejerció entre los años 1991-1995. La jefatura comunal fue el paso previo a su primera gobernación de la provincia, cargo al que accedió al ganar los comicios de 1995 en fórmula con Gualberto Venesia. Al dejar la Casa Gris en 1999 se trasladó al Congreso Nacional para ser diputado por su provincia en el período 1999-2003.
Luego, volvió a obtener la gobernación en las elecciones de 2003, en ese caso acompañado por María Eugenia Bielsa como vicegobernadora. Su carrera política lo llevó nuevamente al Congreso, donde volvió a ocupar una banca en la Cámara de Diputados entre 2007 y 2011 tras encabezar la lista de candidatos del FpV. Luego de no ocupar cargos públicos durante 2 años, en 2013 fue el primer candidato a diputado nacional por el FpV, por lo cual juró su tercer mandato como legislador nacional el 10 de diciembre de ese año.
En la actividad privada fue ingeniero químico, egresado de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral, donde fue docente entre 1972 y 1976. En esa etapa comenzó a militar en la Juventud Peronista -de la que fue jefe de la Regional II, cargo al que renunció en 1974- y a raíz de esa actividad debió exiliarse en Perú tras el golpe cívico militar de 1976. La dictadura lo encarceló durante una visita que intentó cumplir a Diamante por motivos familiares, por lo que fue puesto como detenido a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.

