Desde la aparición de los cuerpos sin vida de las ciudadanas francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni, asesinadas a balazos tras ser violadas y torturadas en un paseo de montaña a fines de julio del año pasado, Salta afrontó una larga sucesión de hechos de violencia y hallazgos macabros que pusieron a esta provincia de 1 millón de habitantes bajo el prisma de la inseguridad y la inoperancia policial.

En el último año abundaron las denuncias por presuntos abusos deshonestos a turistas extranjeras, se reportaron decenas de crímenes vinculados a la violencia familiar y de género, se incrementó el número de personas desaparecidas, y en menos de cuatro meses se produjeron tres hallazgos de restos humanos vinculados a posibles asesinatos. A ello se suma la detención de seis policías acusados de torturar a dos detenidos en una comisaría de General Güemes. El hecho ocurrió hace un año y la prueba principal es un video subido en forma anónima a internet, donde se observa el castigo que reciben los presos casi desnudos y esposados.

El Gobierno provincial acusó el impacto del descrédito, que alcanzó su pico máximo tras la desaparición hace dos semanas de dos adolescentes, cuyos cuerpos fueron hallados ahorcados pendiendo de un árbol en un descampado en la zona Sur de la ciudad.

La perspectiva del pacto suicida, abonada por la investigación judicial, aportó una cuota de alivio a la vilipendiada imagen oficial, pero desde otro ángulo aumentó una preocupante estadística que pone a Salta en los primeros puestos en el índice de suicidios del país.

La sucesiva aparición de restos humanos durante los últimos meses, de posibles víctimas de asesinatos, incrementó las pautas del asombro de propios y extraños. El primer caso ocurrió el 19 de abril pasado, con el hallazgo de restos a la vera de la ruta 68, a dos kilómetros de Cafayate.

La comprobación posterior de que se trataba de piezas femeninas y la presunta data de la muerte de entre dos y cuatro meses dispararon la expectativa generalizada de que podía tratarse de la diseñadora María Cash, vista por última vez en Salta, también en julio del año pasado. Hace una semana aparecieron nuevamente huesos esparcidos a un costado de la ruta 5, en medio de un pajonal, a pocos kilómetros de Pichanal, en el Norte de la provincia. Una vez más el trabajo criminalístico incluyó el envío de piezas óseas a Buenos Aires para cotejar con las muestras reservadas de ADN, entre ellas la de Cash.

El último hallazgo se produjo hace un año, pero recién fue revelado hace un par de días por operarios de la empresa Transnoa, en medio de un conflicto gremial con la firma por el despido de cinco trabajadores. Los obreros denunciaron que los restos fueron encontrados mientras se realizaban excavaciones para el tendido de una red eléctrica a pocos kilómetros de esta ciudad y afirmaron que el hallazgo fue ocultado por jefes y capataces para no demorar la continuidad de las obras. Fuente: (DyN)