El Gobierno ya definió quién estará a cargo de la embajada argentina en China: será Sabino Vaca Narvaja, cercano a Cristina Kirchner. Asumirá el cargo vacante tras el desplazamiento de Luis María Kreckler en medio de una polémica por el fracaso en la compra de vacunas para hacerle frente al coronavirus.
Vaca Narvaja, de 45 años, asumió en mayo como Representante Especial para la Promoción Comercial e Inversiones en China y estaba bajo la órbita del diplomático que pidió “licencia ecológica” en las últimas horas, en medio de las negociaciones para la adquisición de vacunas, y cuando le habían pedido que cerrara el trato antes de fin de año.
Según Clarín, Sabino Vaca Narvaja y Kreckler –también designado por Cristina- no se llevaban bien. Pese a no contar con trayectoria diplomática, Vaca Narvaja fue siempre el preferido de la expresidenta. El embajador desplazado tampoco tenía buena relación con el canciller Felipe Solá.
El dirigente que quedará a cargo de la embajada argentina en China es el tío de la nieta de la vicepresidenta y uno de los hijos del fundador de Montoneros, Fernando Vaca Narvaja. Su hermano es Camilo, expareja de Florencia Kirchner, con quien tuvo a Helena.
En julio, cuando apenas llevaba dos meses en el puesto, Vaca Narvaja concedió una entrevista a Télam y declaró que su tarea consistía en colaborar con Kreckler para “crear las condiciones para reconstruir el diálogo sustantivo con China, fortaleciendo de ese modo el vínculo político; y al mismo tiempo, lograr la concreción de nuevas oportunidades comerciales para nuestro país”.
“Argentina y China son dos países en desarrollo, que comparten intereses similares y poseen estructuras económicas complementarias. Por eso, mi gestión se centrará en fortalecer la cooperación bilateral para hacer que dicha complementariedad redunde en el beneficio mutuo”, puntualizó, entonces, Vaca Narvaja.
El desplazamiento de Kreckler
La Argentina busca contar con unas 15 millones de vacunas chinas para sumar a los dosis de la Sputnik V otorgadas por Rusia y las que podría entregar Pfizer y AstraZeneca. Felipe Solá le había encargado esta tarea especialmente a Kreckler.
Sin embargo, el embajador se tomó una “licencia ecológica” por contaminación (artículo 75 del reglamento de la Cancillería), y en principio se dijo que había volado con destino a una exclusiva isla en Hainan.
Según pudo saber TN, el ministro de Salud de la Nación Ginés González García estalló de furia cuando se enteró que el embajador estaba descansando en una isla en lugar de cerrar el acuerdo que había pedido Alberto Fernández, aunque luego el propio Kleckler lo desmintió.
“Estoy en Beijing. Lo único que sí pedí fue una licencia ecológica. Esta es una ciudad muy contaminada y por regla hay que alejarse 45 minutos para respirar aire puro por dos días”, argumentó.