Seis caballos especialmente adiestrados para su dueño con una discapacidad visual cercana a la ceguera fueron robados en las últimas horas de un establecimiento rural del partido bonaerense de Cañuelas, se supo ayer.
Sobre el mediodía de ayer, uno de esos animales robados fue encontrado por la policía en un frigorífico del Gran Buenos Aires, antes de que pudiera ser faenado.
Fuentes del caso indicaron que el robo se concretó entre las últimas horas del martes y las primeras del miércoles en el campo de la familia Feito, en el camino que une Cañuelas con General Las Heras.
Los ladrones ingresaron al predio amparados por la oscuridad y mientras llovía, luego de cortar un sector del alambrado y de atar un perro a un poste, precisaron las fuentes. Luego los delincuentes se llevaron los caballos, monturas, riendas y bozales.
El dueño de los equinos, Carlos Feito, padece retinitis pigmentaria y ‘se está quedando ciego‘, por lo que los animales estaban entrenados para ser ‘sus ojos‘ dentro del campo para realizar sus tareas diarias, dijo su hermana, Mirta Feito. Mirta dijo a FM Cosmos que los caballos ‘son como lazarillos, son sus ojos, ubican donde está todo en el campo y lo llevan a él para hacer las tareas diarias‘, amplió.
Los animales robados son una yegua negra y cinco caballos: oscuro (capa negra), picaso (blanco y negro), bayo (capa amarilla), tobiano negro (con manchas blancas que parten de la cruz) y overo azulejo (con manchas blancas que salen del abdomen). La denuncia se hizo en la comisaría de Cañuelas.
Como todos los días, el martes a la noche los equinos quedaron encerrados bajo candado en un corral de barandas metálicas y tranquera de hierro. Pero los delincuentes, valiéndose de algunas herramientas, lograron vulnerar el cerco y se los llevaron arriando.
La yegua robada a Carlos Feito fue encontrada sobre el mediodía por la policía en un frigorífico del Gran Buenos Aires, antes de que pudiera ser faenada. Esto confirma lo que siempre sostuvieron los productores de la zona: que los cuatreros roban caballos -a veces de gran valor, cuando provienen de campos de polo- para venderlos en los frigoríficos equinos, que funcionan sin ningún control por parte de la autoridad provincial o nacional.
Otro hecho similar se registró el 21 de julio pasado en La Plata, cuando ladrones se llevaron cuatro caballos entrenados para ‘equinoterapia‘ con niños con autismo, síndrome de Down y esclerosis múltiple. Estos animales claramente identificados y para actividades muy específicas son difíciles de colocar en un mercado negro de equinos y, en consecuencia, quienes los roban suelen faenarlos y consumirlos. DyN

