Chubut.- En la tarde del 31 de diciembre, un niño de 18 meses que jugaba en el patio de su casa, en la provincia de Chubut, perdió el equilibrio y cayó a una pileta. Su madre lo encontró flotando boca abajo, según informó el diario El Patagónico. Pero ese no es final de la historia, que tuvo un desenlace feliz gracias al trabajo de un médico y un enfemero.

Es que, tras ver a su hijo en ese estado y pese a su desesperación, la madre logró llamar a la Policía, que dio intervención de inmediato a la ambulancia del Hospital Santa Teresita de Rawson, quienes a los cinco minutos se encontraron con el menor que era trasladado por un auto particular.

Allí, la ambulancia frenó y subieron al niño a la ambulancia donde comenzaron a practicar reanimación. El niño no presentaba signos vitales. ‘Se hizo RCP porque estaba en paro cardiorrespiratorio, lo primero que atiné es hacer boca a boca y a la tercera inspiración se reanimó y despertó pero estaba prácticamente muerto’, detalló el pediatra Alejandro Fernández.

El médico realizó la reanimación junto con el enfermero Oscar Oviedo y explicó que si bien el nene estaba ahogado sin signos de vida, respondió a los 30 segundos de iniciar el procedimiento.

‘Estaba sin vida, no tenía pulso, no respiraba, cuando lo vi pensé lo peor pero uno hace lo que puede y el empezó a respirar, así que estamos felices’, indicó el profesional.