Especialistas que se capacitan en cirugía experimental con porcinos probaron nuevas técnicas que reducen las secuelas de los ataques cerebrovasculares (ACV), en un trabajo conjunto hecho entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Instituto Eneri.
Las técnicas de acuerdo a la información difundida por el INTA, mejoran todo el proceso de extracción del coágulo de la arteria cerebral que provoca el ACV, disminuyendo las secuelas que puede dejar en los seres humanos esa enfermedad.
El ACV o stroke es la interrupción de la irrigación cerebral, producida por el taponamiento o la rotura de una arteria, que puede alterar de manera transitoria o permanente las funciones del sistema nervioso central o incluso causar la muerte.
Desde hace 15 años el INTA colabora con el equipo médico Pedro Lylyk, especialista y referente internacional en neurocirugía que dirige el Eneri, para realizar prácticas quirúrgicas en porcinos que permitan desarrollar dispositivos mecánicos similares a los que hoy son utilizados para intervenir pacientes con ACV.
Lylyk sostuvo que ‘ese trabajo permite mejorar todas las tecnologías disponibles, probar los dispositivos en modelos in vitro o en modelos animales, testearlos y garantizar la efectividad y la seguridad de los mismos”.
El especialista destacó que ‘es fundamental el trabajo de calidad que el equipo de veterinarios del INTA realiza en el cuidado del animal en todo lo que es su preparación, cuidado previo y control posterior a la cirugía‘ en las que se prueban las nuevas técnicas. Y añadió que ‘es imprescindible para el entrenamiento médico contar con un animal para poder operarlo en condiciones de seguridad máxima’.
Por su parte, Guillermo Berra, especialista del Instituto de Patobiología del INTA y coordinador del equipo de fisiología y cirugía experimental indicó el objetivo del trabajo con el Eneri ‘es entrenar y capacitar a los nuevos profesionales en el desarrollo de tecnologías que puedan ser aplicadas en el tratamiento de seres humanos que hayan sufrido ACV‘.
El procedimiento empleado con el Eneri comenzó con 24 horas de ayuno del porcino para administrarle sedantes que permitan trasladarlo al quirófano y someterlo a una intervención de aproximadamente media hora de duración. Luego, el animal fue intubado para ser asistido en la respiración y se le efectuaron los estudios previos de monitoreo cardiovascular.
Los médicos preparan además un trombo, que es una pequeña muestra de sangre coagulada, que se implanta a través de una arteria femoral hasta llegar a depositarlo en una arteria cerebral que es lo que ocurre cuando se manifiesta un ACV, para luego extraerla con alguna técnica de trombectomia como la Merci, Penumbra o Stent Solitaire.
El INTA indicó que la elección del trabajo con porcinos se debe a que es el modelo animal utilizado mundialmente para estas prácticas porque se adecua al tipo de tecnologías empleadas.
También, cabe mencionar que hace 30 años, el INTA trabaja con instituciones médicas en cirugía experimental practicada sobre animales como es el caso de la colocación de corazón artificial desarrollada con el equipo del doctor Domingo Liotta , cirugías cardiovasculares, trasplantes de órganos y cirugías cardíacas.
