Cuál era la deuda que habían entre ellos, eso nunca lo sabremos. Ambos habían sido compañeros de causa por un robo y al parecer no quedaron bien, tanto que Ernesto Sarmiento se la tenía ‘jurada’ a Juan de Dios Muñoz.

Él mismo lo afirmó esa noche que se encontraron en la puerta del boliche La Llorona, en Desamparados, y el otro muchacho y sus amigos quisieron subir a su remís. ‘Con éste está todo mal’, dijo. Otra frase fue: ‘vos me debes una’, refiriéndose a Muñoz, y a los segundos largó, ‘cagó este hijo de p…’.

Juan de Dios Muñoz intentó apaciguar las cosas, pero al final Sarmiento se la cobró y de la forma más demencial. Lo embistió con su auto y lo arrastró debajo del paragolpes, 18 metros sobre el pavimento. Después frenó, hizo marcha atrás para que se desprendiera del cuerpo, aceleró de nuevo y le pasó por encima con las ruedas para luego darse a la fuga. Juan de Dios Muñoz moriría minutos más tarde en el hospital producto del aplastamiento de cráneo y diversas heridas.

Muñoz pagó muy caro su supuesta deuda con Sarmiento, pero ahora es éste el que deberá pagar la suya en la Justicia. El juez Alberto Benito Ortíz, titular del Primer Juzgado de Instrucción, lo procesó por homicidio simple y dispuso que continúe preso en el Penal de Chimbas por ese asesinato ocurrido el 29 de septiembre último.

En la causa quedó acreditado que ambos se conocían. Los dos habían caído presos el 26 de abril del 2015 en Rawson, cuando llevaban un compresor robado en el auto del remisero. Por esa causa, Muñoz fue condenado a 1 y 4 meses de prisión, mientras Sarmiento obtuvo el beneficio de suspensión de juicio a prueba, según el expediente.

Los testigos afirman que fue casualidad que Muñoz y Sarmiento se encontraran en la puerta de La Llorona la madrugada del 29 de septiembre. El primero había ido a bailar con su primo Dante Muñoz. Junto a ellos estaban Rocío y Daniel Silva y José Díaz, a quienes conocieron ocasionalmente en el boliche. Sarmiento, por su parte, estaba trabajando y esperaba recoger pasajeros.

Los conocidos de la víctima aseguraron que subieron al remís, sin saber quién era el chofer. Y cuando Juan de Dios Muñoz vio a Sarmiento, dijo: ‘viste que nos íbamos a encontrar…’ El chofer no se calló y respondió al resto de los jóvenes: ‘con éste está todo mal’ y dirigiéndose a Muñoz largó, ‘vos me debes una’. Éste, que ya había bajado y estaba parado frente al auto, trató de calmarlo: ‘pará, pará que es un chiste’.

Sarmiento no le dio tregua y dijo: ‘cagó este hijo de p…’. Entonces hizo marcha atrás el auto, aceleró y lo arrolló. Una cámara de seguridad registró el momento en que arrastró 18 metros a la víctima y le pasó por encima con el coche. Todo esto también fue relatado por los jóvenes que acompañaban al ahora fallecido que alcanzaron a bajar del auto antes que se diera al fuga.