"Corazón". Macri y su mujer asistieron a una misa en Salta, en la que el arzobispo Mario Antonio Cargnello habló "de corazón a corazón"

Mauricio Macri participó ayer en Salta de la misa de la Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro, en la que el arzobispo Mario Antonio Cargnello le pidió al presidente que se lleve "el rostro de los pobres".

Cargnello recordó que Macri "dijo a todos los argentinos que se ha sentido golpeado" tras los resultados de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) de agosto pasado. En ese clima, le dijo al mandatario que quería "hablarle de corazón a corazón".

Cargnello se dirigió ayer a Macri durante la misa de celebración del Señor y la Virgen del Milagro para señalar que "los pobres no son una molestia, son una oportunidad".

"Ha venido a un buen lugar, a encontrarse con el Señor. Dios transforma el corazón y provoca la libertad", dijo el arzobispo. En ese tono hizo extensivo el mensaje al resto de las autoridades políticas presentes en el acto, entre quienes también estaban el candidato a vicepresidente y gobernador salteño Juan Manuel Urtubey y otros candidatos para los comicios provinciales que se realizarán el 10 de noviembre.

"Esto que digo vale para todos y para todo lo que se juega en el mundo de la política. Los pobres no son una molestia. Son una oportunidad. Los pobres son maestros que nos enseñan", afirmó el arzobispo.Y al presidente le dijo: "Cuando usted empezó dijo que iba a luchar por la pobreza cero. ¿Qué le puede decir Salta ahora?. Ayer, cuando veía los mineros, veía a gente humilde. Trabajan en La Puna, han venido caminando con 15 grados bajo cero. Trabajan en esa situación. Es gente que trabaja horas y horas en situaciones de inclemencia para darle riqueza a la república", aseguró.

Respecto del caso de un grupo de mineros que peregrinaron hasta Salta, dijo: "Ellos vienen juntos, el dueño de la mina, el gerente y el último de los mineros. Y provocan una nueva sociedad. ¿No es posible venir juntos caminando por la historia? ¿Por qué creemos que la historia tiene que hacerse desde la pelea?. Nos lo enseñan los pobres", aseguró y añadió: "Por eso Mauricio has hablado de la pobreza. Llévate (entonces) el rostro de los pobres. Son dignos, ¡son argentinos!". Además, entre aplausos, Cargnello acotó: "Son respetuosos y merecen que nos pongamos de rodillas delante de ellos. Vale para todos hermanos, nada más".

El prelado hizo notar la presencia de pobres venidos de diversos puntos del país, donde, en un contexto de agravamiento de la crisis económica, más de un tercio de la población vive en condiciones de pobreza. "Cuando empezó usted (como presidente) dijo que iba a luchar por

la pobreza cero. Desde hace unos años se nos ha regalado un fenómeno que son los pobres, que cada vez son más números acá", dijo.

La Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro es una de las celebraciones religiosas más tradicionales de Argentina y cada años congrega a miles de fieles que peregrinan desde distintos puntos del país hacia Salta.

La celebración, que se realiza desde hace 327 años, se remonta a un hecho que los locales consideran milagroso, el haberse librado de los graves estragos de un fuerte sismo en septiembre de 1692. Este milagro es atribuido a las imágenes de un Cristo crucificado y de la Inmaculada Concepción, que son custodiadas en la catedral y que cada año, para esta fiesta, son sacadas en procesión.

En un breve contacto con la prensa al término de la misa, el Presidente sostuvo que fue a Salta "para rezar como uno más por el futuro de todos los argentinos". Macri, quien aspira a la reelección en octubre próximo, acudió con la primera dama, Juliana Awada, a la celebración.

La misa se celebró a las puertas de la catedral de la capital de Salta, adonde también viajaron el senador oficialista Esteban Bullrich, el secretario de Culto argentino, Alfredo Abriani, el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, y el portavoz presidencial, Iván Pavlovsky.

Las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro recorrían ayer por la tarde las calles del centro de la capital salteña, ante una multitud apostada a lo largo de todo el recorrido, desde la Catedral hasta el Parque 20 de Febrero, donde se había previsto la ceremonia de renovación del Pacto de Fidelidad. Télam