Hoy, la Argentina se encuentra entre el 25% de los países que menos licencias les otorgan a las madres. En un informe de la OIT se ubica en el puesto 113 de los 148 países analizados.
Pese a esto, el viceministro de Trabajo, Ezequiel Sabor, adelantó que la ampliación de las licencias no está en los planes a corto plazo: "Para la Argentina, hoy la prioridad es enfocarse más en la productividad. Es absolutamente necesario centrarnos en la producción, y más días de licencia producirían menos días de trabajo", le dijo a la agencia Télam hace una semana.
Consultado por el diario La Nación, ratificó sus dichos y afirmó que se ampliarían las licencias para padres adoptantes y para familias que necesiten realizar un tratamiento de fertilidad.
Las palabras de Sabor despertaron la polémica. Tanto Unicef como la OIT insistieron recientemente en la necesidad de ampliar la licencia por maternidad a un mínimo de 14 semanas y a un óptimo de 18 semanas.
También se recomiendan medidas que tiendan a eliminar la discriminación de género en el ámbito laboral. Entre ellas, que los padres tengan al menos dos semanas tras el nacimiento y que se cree la figura de licencias familiares, que permita a los padres decidir quién de los dos se quedará al cuidado del bebe durante los meses siguientes a la licencia por maternidad y dentro del primer año de vida.
Aunque en el ministerio de Trabajo se avanzó en un proyecto en este sentido, contemplando las licencias por paternidad y las licencias familiares, y en el Congreso hasta se creó una comisión bicameral para intentar consensuar y unificar los distintos proyectos, las declaraciones de Sabor provocaron incertidumbre.
"Existen muchas presiones por parte de las empresas para que no se amplíen las licencias. Pero está comprobado que una buena conciliación entre la vida productiva y reproductiva redunda en una mayor productividad", asegura Gala Díaz Langou, coordinadora del Programa de Protección Social y Salud del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
"Los estudios en neurociencia hablan sobre la importancia de contar con los dos padres en la primera infancia. Durante los primeros meses de vida se desarrolla el 40% de los circuitos neuronales. Si un chico no recibe los cuidados que necesita en ese período, seguramente va a tener menor productividad en el futuro", dice Díaz Langou.
Cippec ha trabajado junto a diversas organizaciones de la sociedad civil en impulsar cambios en la legislación laboral. Promueve licencias de entre 14 y 18 semanas para madres, que incluyan a las mujeres monotributistas y a las que trabajan en la informalidad, que son el 50% de las mujeres que trabajan. Para los padres pide una licencia de 30 días y propone licencias familiares de 60 días durante el primer año de vida para que se tome el padre o la madre para cuidar a su hijo. "Que cada familia decida cómo acomodarse", dice Díaz Langou.