Río Negro, 1 de septiembre.- El pasado 7 de julio, la Corte Suprema de Justicia reconoció el derecho de decidir la muerte digna, luego de pronunciarse en el caso de una persona de Neuquén que tuvo un accidente y estuvo internada desde 1995. Ahora, un nuevo caso vuelve a poner a la Justicia ante la situación de otorgarle la posibilidad a una persona de definir si sigue viviendo o no.
Guillermo Vélez, un hombre de 64 años, pidió a la Justicia que le otorgue el beneficio de la eutanasia ante el grave cuadro de diabetes que padece. Es insulino-dependiente, con problemas cardíacos y una retinopatía diabética progresiva. Además, atraviesa una pésima situación familiar y económica y no puede hacerle frente al tratamiento.
"Sin previsión social ni pensión alguna, sin vivienda y sin posibilidades de una vida digna es que solicito se me otorgue el beneficio de la eutanasia, ya que tampoco puedo soportar el sufrimiento psicológico y moral de esta vida que no es digna de un ser humano", sostuvo el hombre, en un papel escrito a mano que adjuntó en la acción de amparo.
La acción fue interpuesta por Beatriz Oyarzún, expareja de Guillermo. La mujer manifestó en el escrito que "asiste algunas veces al hombre en razón de su estado de salud actual y lo ayuda a trasladarse a consultas médicas y demás trámites que pudiera necesitar". Asimismo, Oyarzún indicó que el hombre vive en una casilla prestada, que no tiene gas, luz ni agua, en la zona de Villa Lago Gutiérrez.
El hombre comentó que al pedido lo hizo "en razón de los horribles dolores que sufro actualmente por mi enfermedad y por mi actual situación de exclusión social, llevando muchos meses sin salario ni recurso alguno que me permita mantenerme dignamente".
Vélez recordó además que había presentado un juicio sumarísimo ante la Cámara Primera del Trabajo de Bariloche porque le quitaron su empleo a finales de 2013 en el Centro Administrativo de la provincia, donde sostiene que se desempeñó como chofer y encargado de fauna. Esa decisión lo dejó sin obra social. Desde entonces, se tiene que atender de su enfermedad en el hospital.
"Estoy pidiendo la eutanasia porque no quiero vivir así, no tanto por las cosas materiales sino porque mi dignidad está destruida", explicó. "Soy católico y no me puedo suicidar", aclaró. "No puedo caminar, no puedo trabajar y no quiero vivir de la caridad", resumió Guillermo. Aseguró que tiene tres hijos, pero no mantiene una buena relación con ellos desde hace años.
Fuente: Infobae
