Buenos Aires.- Encapuchado, con chaleco antibalas y rodeado por varios efectivos policiales. Bajo esas extremas medidas de seguridad, Ibar Pérez Corradi se negó a un proceso abreviado de extradición a la Argentina, por lo que su traslado al país podría demorarse dos meses.

En los tribunales de Asunción, Pérez Corradi se rectificó esta mañana de la predisposición de declarar ante la Justicia argentina que mostró ayer. Dijo que no confía en los magistrados nacionales y reiteró que tiene miedo por su seguridad personal.

La posición de Pérez Corradi se conoció pasadas las 10, luego de una audiencia judicial en el despacho juez paraguayo Julián López, quien lleva adelante la causa por falsificación de identidad y quien debe definir los dos pedidos de extradición que pesan sobre el presunto narcotraficante por parte de la Justicia argentina.

Por una normativa del código penal paraguayo, el detenido tiene que manifestar su voluntad o no de someterse a un proceso abreviado de extradición. Si Pérez Corradi aceptaba esa posibilidad, el traslado se hubiese concretado ‘en 10 o 15 días’, según dijo el propio juez en declaraciones radiales. Pero como la rechazó, ahora se inicia el proceso formal de extradición, que se extendería de 45 días a dos meses.

Dos jueces pidieron desde Buenos Aires la extradición de Pérez Corradi: por un lado fue María Servini de Cubría, quien lleva adelante la investigación del triple crimen. El otro magistrado fue Sebastián Casanello, quien lleva adelante la causa de la llamada ‘mafia de los medicamentos’.