El jefe de Gabinete, Marcos Peña, habló sobre la despenalización del aborto. En este sentido, en diálogo con Clarín, Peña aceptó que no fue un asunto que se haya abordado en la cumbre de ministros de Chapadmalal de una semana atrás. Pero que “la decisión, por supuesto, fue del Presidente”.
¿Eso alimentaría la idea de que el oficialismo decidió abrir un debate tan caliente para cambiar la agenda y evitar hablar de cuestiones que lo complican? Responde el jefe de Gabinete: “No vamos a entrar a polemizar ni a buscar que esto se debata en el barro con unos y otros. Realmente, la sociedad merece un debate con más altura”.
¿Cómo interpreta que el kirchnerimso y otros sectores digan que se hace esto para no hablar de la inflación, por ejemplo?
“Ojalá que este tratamiento se pueda canalizar y que no se busque sacar esa ventaja cortita. El gobierno anterior no quería discutir el aborto, eso está claro. No quiso discutir casi nada, en realidad. No promovió nunca los debates en libertad. Nosotros propusimos un cambio y lo estamos aplicando”.
Peña insiste con que no hay que buscar cosas raras detrás de la movida política de Cambiemos. Asegura que hay que circunscribir la decisión al ámbito parlamentario. “Lo hablamos con nuestras autoridades porque veíamos que este tema viene desde hace muchos años pidiendo ser debatido. La verdad es que si uno piensa en las alternativas que teníamos… hace dos años que estamos viviendo esta experiencia inédita de gobernar sin mayoría. Siempre ha sido nuestro objetivo discutir una agenda nutrida. Y cuando surgió esto nos pareció lógico avanzar”.
¿Qué piensa Macri?
“Es su decisión que se discuta el aborto, por supuesto. El piensa esto. Que es importante que se pueda dar un buen debate”.
El primer mandatario aún no se ha expresado sobre la despenalización. La última vez que lo consultaron, hace ya más de un año, se limitó a afirmar que estaba “a favor de la vida”. Peña, de formación católica, opina lo mismo, pero cree que es un error poner el foco en qué creencias tiene cada dirigente del Ejecutivo. Su aspiración es que el Congreso debata sin condicionamientos. Por ahora, la mayoría de los diputados y senadores macristas se muestra en contra del proyecto despenalizador. La que no habló todavía es Elisa Carrió. Pero en el Ejecutivo tomaron la precaución de consultarla antes de darle paso a la discusión.
“Habrá libertad de conciencia para los legisladores”, sostienen en la Casa Rosada desde el jueves por la noche. En el Ejecutivo juran que no hay encuestas sobre la cuestión. Alguna vez Jaime Durán Barba les dijo que en los últimos años dejó de preguntar sobre el aborto en todos los países donde trabaja . “No vale la pena. La gente no dice la verdad. Responde lo que cree que se espera que diga”, les confió. El asesor ecuatoriano tiene una postura bien definida: “Si una señora quiere abortar, que aborte”, le dijo a Clarín en 2015, antes del cierre de campaña rumbo al balotaje con Daniel Scioli. Aquella vez dijo que Cambiemos impulsaría el debate si llegaba a la presidencia. Sin embargo, Peña asegura que Durán Barba “no participó de esta decisión, para nada. Jaime no forma parte de la discusión parlamentaria”.
De lo que no hay dudas es de que la movida genera roces con la Iglesia Católica. La cúpula de la Conferencia Episcopal difundió un comunicado en el que reafirma la defensa de la vida “desde el comienzo de la concepción” y ayer Héctor Aguer, el arzobispo de La Plata, afirmó que Macri encabeza “un gobierno sin principios”. Eso, pese a que fuentes cercanas a dos ministros revelaron a Clarín que “la Iglesia no se enteró por los diarios de que Mauricio iba a darle luz verde al debate”.
Hace menos de 15 días, Francisco pidió rezar “por los niños en peligro por la interrupción de los embarazos” y agregó:“Toda vida es sagrada, hagamos avanzar la cultura de la vida como respuesta a la lógica del descarte y a la caída demográfica”.
¿Le preocupa que se afecte el vínculo con la Iglesia?– le preguntó Clarín a Peña. “La Iglesia tiene una postura muy clara históricamente y la respetamos mucho. Habrá que escucharla con detenimiento y atender sus argumentos. Creo que, al mismo tiempo, esa visión es compatible con la idea de que se canalicen los debates”.
¿Piensa que puede agudizar las diferencias con Francisco?
“No veo razón para que esto genere una discusión con el Papa. Hay temas que son institucionales y se tienen que debatir. Lo más importante es trabajar y que el debate sea respetuoso, que haya libertad y que todas las voces se escuchen. La Iglesia siempre ha querido que no se apunte al autoritarismo de ciertas posturas”.