El líder camionero Pablo Moyano evalúa alejarse de la conducción tripartita de la CGT, luego que los otros dos co-secretarios generales Héctor Daer y Carlos Acuña cenaron con el presidente Alberto Fernández y el resto de la "mesa chica" de la central obrera, sin que el Frente Sindical hay sido invitado.
Según trascendió, Moyano haría explícitas sus diferencias al presentar por escrito en las próximas horas una carta de renuncia al Consejo Directivo de la CGT. Allí, expresaría sus diferencias con Daer y Acuña, pero también con el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, con quien nunca tuvo buen vínculo.
Alberto Fernández cenó anoche con la “mesa chica” de la CGT en la quinta de Olivos, en un encuentro planificado por el propio mandatario para recobrar protagonismo y sondear entre la dirigencia sindical la oportunidad para lanzar un posible bono salarial de fin de año dirigido a trabajadores del sector privado. Allí se habló de la implementación de un auxilio salarial para trabajadores en medio de la espiral inflacionaria. De esa comida, participó Claudio Moroni, y los “independientes” Gerardo Martínez (Uocra), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Andrés Rodríguez, adjunto de CGT y secretario general de los estatales de UPCN.
La ausencia del secretario general restante, Pablo Moyano, generó especulaciones sobre la interna de la central. Y esa interna finalmente explotó. Es que desde un inicio de la gestión compartida en la CGT Moyano marcó diferencias con la gestión de Moroni en la cartera laboral, que sí contaba con el respaldo de los gremialistas Daer y Acuña. Incluso, tanto el líder de los trabajadores de la sanidad como el jefe de los empleados de estaciones de servicios y los "independientes" tienen funcionarios delegados nombrados en el Ministerio que antes los asesoraban en sus organizaciones. Lo mismo ocurre con otros sindicalistas del grupo de "Los Gordos" de los servicios, como Armando Cavalieri.
Los cruces en la cúpula de la CGT comenzaron a profundizarse cuando desde el moyanismo y el ala gremial kirchnerista fogoneaban una marcha en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, luego del alegato del fiscal Diego Luciani en la Causa Vialidad. Esa intención chocó de frente con la negativa del sector de "Los Gordos" de Daer, que prefería evitar la injerencia en las cuestiones judiciales de la vicepresidenta.
Días después, con el atentado contra Cristina en la puerta de su casa de Recoleta, los sindicalistas más afines a la expresidenta redoblaron la apuesta y volvieron a reclamar por una marcha masiva en favor de la paz y la democracia, con toda la CGT movilizada, pero la negativa del resto de la cúpula cegetista se volvió a imponer. Para Moyano las cartas ya estaban jugadas.
La tensión en la CGT llegó a su máximo nivel con el conflicto del gremio del neumático, que lleva casi cinco meses y más de 35 reuniones en la cartera laboral, sin alcanzar un acuerdo. “Vemos que hay un Ministerio de Trabajo que después de cinco meses no puede resolver un conflicto tan importante y bueno, pasó lo que pasó estos días para que se instale el tema”, dijo Pablo Moyano en declaraciones a AM 990.
El dirigente camionero sostuvo que él ofició de intermediario para que algunos funcionarios reciban a los dirigentes del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA). “Es preocupante porque también hay empresarios en nuestra actividad que están alertando que no pueden cambiar los rodados de distintos vehículos. Creo que hoy tienen una reunión y ojalá se empiece a solucionar, porque se está complicando”, había señalado antes del fracaso de la última reunión del lunes pasado.
Fuente: Ámbito