Si todavía quedaban algunas dudas de que el papa Francisco juega fuerte en la política argentina contra el Gobierno de Mauricio Macri, el líder del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, salió decidido ayer a despejarlas todas de un plumazo y descarnadamente. El hijo mayor de Hugo Moyano aseguró que la misa celebrada en Luján el sábado -impulsada por los gremios opositores que lidera el Sindicato de Camioneros- contra las políticas del Gobierno tuvo el aval del papa Francisco desde el Vaticano y la calificó como "histórica" y "multitudinaria".
"El Papa está preocupado por esta desgracia que tenemos como modelo económico, que suma cada vez más pobres y desocupados a través de la inflación y tenemos una muy buena relación con el papa Francisco. Sin dudas no se podría haber realizado esta movilización en la Basílica de Luján sin la venia de él; fue histórico, muy importante, multitudinaria", expresó Moyano en declaraciones a Radio Cooperativa.
De esta manera, Pablo confirmó el apoyo de la Iglesia a la oposición, pese a que horas antes Hugo Moyano había asegurado en radio Mitre que "la Iglesia no tomó una posición partidaria". Ambas manifestaciones llegaron luego de una lluvia de críticas por parte de figuras del oficialismo y de la oposición por cómo la Iglesia tomó partido a favor de los gremialistas en la pulseada con la Justicia y el Gobierno a quien acusan de estar detrás de la "persecución" judicial.
El sábado, en su momento judicial más complicado y en medio de la fuerte tensión con el Gobierno, Moyano recibió un guiño de la Iglesia en la "misa ecuménica" que organizó en Luján, donde bajo la consigna de "paz, pan y trabajo" los religiosos hicieron fuertes críticas al modelo económico y pidieron cambiarlo. En la oración ecuménica también criticaron a Justicia: "Sufrimos un poder judicial que cree que hacer justicia es desechar la presunción de inocencia".
La masiva marcha fue el dato político del fin de semana. En ese marco, hubo varias críticas desde el oficialismo -ver Crítica a la Iglesia...-.
La convocatoria a la misa a Luján con la participación del arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, como celebrante de la misma produjo algunas controversias en el seno de la cúpula de la Iglesia por el evidente carácter político opositor de la iniciativa, habían confiado a Télam fuentes eclesiásticas.
En lo que sí coincidió Pablo con su padre Hugo fue en rechazar el proyecto de Presupuesto. "Nos hemos reunido con diputados del Frente para la Victoria, con la senadora Cristina Fernández, con Massa, con Alfonsín por el tema del Presupuesto y les hemos dicho que aprobarlo traería más ajuste y más desocupación. Esperemos que no lo aprueben, vamos a movilizarnos para eso", sostuvo durante la entrevista radial.
Sobre el encuentro con Cristina Kirchner, detalló: "Me junté antes del viaje a Asia con Cristina y hablamos de muchas cosas, de la realidad del país, del Presupuesto, del PJ y la necesidad de hablar con todos los sectores para tratar de buscar un candidato de consenso y que salga de las internas del peronismo".
En este sentido, dijo que el "límite es Urtubey". "Muchos dirigentes y peronistas vimos que el límite es Urtubey, es la continuidad de este Gobierno liberal de derecha, que le está sacando muchísimas conquistas y derechos a los trabajadores y jubilados. El límite es Urtubey".
Además, Pablo dejó la puerta abierta para un posible paro antes de fin de año. "Hay una fuerte presión para llevar adelante un paro general para fin de mes o principio de noviembre".
>Crítica a la Iglesia de Lifschitz y oficialismo
La masiva marcha a Luján, con el apoyo implícito de la Iglesia católica a Hugo y Pablo Moyano, no pasó desapercibida en la Casa Rosada ni tampoco en la oposición. Para el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, "no es bueno que la Iglesia tome partido en ningún sentido. Es una institución de carácter religioso que debería estar por encima de la coyuntura y las banderías políticas". Si bien el socialista dijo que "no está mal que la Iglesia dialogue con los sindicalistas", insistió con que "lo que estaría mal, en todo caso, es que jugaran con un sector de la política, y en eso siempre hay una delgada línea". Al tiempo que marcó como "necesaria" una renovación de dirigentes gremiales, "que tengan otra impronta y que defiendan los intereses de su sector con transparencia". Desde el oficialismo, en tanto, una alta fuente habló de un "doble juego" de los obispos. Aseguró que por un lado mantienen una relación aceitada, en especial con la gobernadora María Eugenia Vidal y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, por el tema de la ayuda social; pero por el otro se meten en la puja política.
La fuente diferenció a algunos obispos que "tienen buena relación con nosotros", con "los que estaban el sábado en Luján". ¿Y el Papa está detrás de esto? "No sabría decirte…", evitó cuestionar a Francisco.
Mario Negri, jefe del interbloque de Diputados de Cambiemos, cuestionó la movida con una buena dosis de ironía. "Si una persona profesa la religión y está con problemas personales, está bueno que le pida ayuda a Dios. Pero esos problemas los tiene que resolver en el mundo terrenal, o por ejemplo ante la Justicia", dijo a Clarín el legislador cordobés, y también apuntó al obispo de Mercedes-Luján. "Me parece que Monseñor Radrizzani habló a título personal, es lo que quiero creer".