El retorno de Singapur. Pablo Moyano (izquierda) junto a su padre Hugo Moyano. El secretario adjunto de Camioneros llegó ayer de un congreso en la ciudad-estado de Singapur.

 

 

El secretario adjunto del sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, llegó ayer a Argentina luego de estar en un congreso internacional de trabajadores del transporte en Singapur y fue recibido por su padre Hugo, militantes camioneros y dirigentes del Frente Sindical. En un escenario montado en Ezeiza el dirigente gremial hizo alusión al pedido de detención que recayó sobre él y al rechazo del juez Luis Carzoglio.

"Fue un ataque mediático y judicial", sostuvo Moyano minutos después de haber aterrizado en el aeropuerto y de agradecerle a los dirigentes sindicales que se solidarizaron y lo acompañaron. Entre ellos destacó a Hugo Yasky, Pablo Micheli, Sergio Palazzo y Omar Plaini.

Moyano también agradeció el apoyo del técnico de Independiente, Ariel Holan; el presidente del Partido Justicialista bonaerense, Gustavo "Tano" Menéndez; el líder de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, Juan Grabois; y la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala.

El dirigente de Camioneros aseguró que le "inventan causas" y ridiculizó los argumentos del fiscal Sebastián Scalera para pedir su detención. "Somos 32 dirigentes en la comisión directiva de Independiente. Parece que yo solo armé una asociación ilícita juntando dinero de la venta de choripanes y de los trapitos. Es una barbaridad", indicó.

Moyano hizo un repaso por las últimas gestiones del club de Avellaneda y aseguró que la que llevan adelante con su padre, actual presidente de la institución, es la que logró sacar a Independiente de la deuda en la que estaba inmerso.

"En el 2006 Julio Comparada vendió tres jugadores, entre ellos al "Kun" Aguero y obtuvo millones de dólares. Se fue de la presidencia y dejó el club fundido. Nadie investigó nada", dijo.

El fiscal Scalera consideraba Pablo Moyano sospechoso de integrar una asociación ilícita junto a la primera línea de la barra del club de Avellaneda, que se dedicaba a defraudar a Independiente a través de la venta ilegal de entradas y el uso de socios truchos, operaciones por las que el club no percibía ingresos.