El líder del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, aseguró que la misa celebrada en Luján este sábado contra las políticas del Gobierno tuvo el aval del Papa Francisco desde el Vaticano y la calificó como "histórica" y "multitudinaria". La declaración del hijo del jefe camionero, Hugo Moyano, corroboraron así las especulaciones que se tejieron sobre el conocimiento que tenía el sumo pontífice del acto político-religioso frente al templo católico más convocante de la Argentina.

 

“El Papa está preocupado por esta desgracia que tenemos como modelo económico, que suma cada vez más pobres y desocupados a través de la inflación y tenemos una muy buena relación con el Papa Francisco. Sin dudas no se podría haber realizado esta movilización en la Basílica de Lujan sin la venia de él; fue histórico, muy importante, multitudinaria", expresó Moyano en declaraciones a Radio Cooperativa. 

 

Además, con sus dichos, Pablo confirmó el acuerdo de la cúpula eclesiástica con el acto opositor, pese a que horas antes Hugo Moyano había asegurado en radio Mitre que "la Iglesia no tomó una posición partidaria". Más allá de esa desmentida, el 17 de octubre pasado, Jorge Lugones, presidente de la Comisión de Pastoral Social, lo había recibido al jefe camionero y había alentado múltiples lecturas de ese encuentro.

 

Antes de eso, los Moyano también tuvieron buena sintonía con otra "autoridad" de la Iglesia, de inobjetable vínculo con el papa Francisco, el presidente de la Comisión Episcopal, Oscar Ojea,. Otro interlocutor es Gustavo Vera, de la ONG La Alameda, un "amigo" de Bergoglio, de diálogo semanal y línea telefónica abierta con Santa Marta, la residencia.

 

El sábado, en su momento judicial más complicado y en medio de la fuerte tensión con el Gobierno, Moyano recibió un guiño de la Iglesia en la "misa ecuménica" que organizó en Luján, donde bajo la consigna de "paz, pan y trabajo" los religiosos hicieron fuertes críticas al modelo económico y pidieron cambiarlo.

 

La masiva marcha fue el dato político del fin de semana. En ese marco, hubo varias críticas desde el oficialismo. "No es bueno que la Iglesia tome partido en ningún sentido. Es una institución de carácter religioso que debería estar por encima de la coyuntura y las banderías políticas", había asegurado el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz.

 

En lo que sí coincidió Pablo con su padre fue en rechazar el proyecto de Presupuesto. "Nos hemos reunido con diputados del Frente para la Victoria, con la senadora Cristina Fernández, con Massa, con Alfonsín por el tema del Presupuesto y les hemos dicho que aprobarlo traería más ajuste y más desocupación. Esperemos que no lo aprueben, vamos a movilizarnos para eso", sostuvo durante la entrevista radial.

 

Sobre el encuentro con Cristina Kirchner, detalló: "Me junté antes del viaje a Asia con Cristina y hablamos de muchas cosas, de la realidad del país, del Presupuesto, del PJ y la necesidad de hablar con todos los sectores para tratar de buscar un candidato de consenso y que salga de las internas del peronismo". 

 

En este sentido, dijo que el "límite es Urtubey". "Muchos dirigentes y peronistas vimos que el límite es Urtubey, es la continuidad de este Gobierno liberal de derecha, que le está sacando muchísimas conquistas y derechos a los trabajadores y jubilados. El límite es Urtubey".

 

Además, Pablo dejó la puerta abierta para un posible paro antes de fin de año. "Hay una fuerte presión para llevar adelante un paro general para fin de mes o principio de noviembre".