Leandro Goñi es médico obstetra y ginecólogo desde hace 35 años, y jefe de guardia del hospital Vélez Sarsfield, donde asiste una vez a la semana. Y si bien tomó las medidas necesarias para prevenir la aglomeración de pacientes en su consultorio de Recoleta, los vecinos le pidieron que deje de atender a las embarazadas y amenazaron con denunciarlo.

El caso de Goñi se suma al de la doctora de Belgrano o el farmacéutico de Santa Fe, a quienes los vecinos les pegaron carteles para que se fueran de sus edificios por miedo a que provocaran un efecto contagio.

A partir de que se dictó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, Goñi tomó todas las medidas de prevención necesarias para evitar la transmisión del coronavirus. Redujo al máximo la cantidad de consultas para disminuir la circulación de gente y se dedicó a atender solo a las embarazadas que estén cursando el tercer trimestre de gestación o que tengan desarrollos en riesgo.

Sin embargo, los vecinos del edificio donde tiene su consultorio lo amenazaron con denunciarlo si continuaba recibiendo pacientes. A través de una carta que se hizo viral, Goñi consideró este accionar como "un acto de tremendo egoísmo".

"Abandonar a una embarazada cuando está a punto de parir es lo mismo que dejar a un paciente enfermo, es una locura. Si los argentinos empezamos a pelearnos entre nosotros, esto no tiene sentido. Cuando leía las amenazas no lo podía creer", expresó.

A su vez, el médico se refirió a los aplausos para los profesionales de la salud y llamó a reflexionar sobre los comportamientos de una parte de la sociedad. "Los aplausos de las 21 me llenan el pecho de orgullo y me hacen sentir que lo que hago vale la pena, incluso cuando yo mismo soy una persona que pertenece al grupo de riesgo. Les pido que analicemos cómo somos y lo que estamos haciendo”.

Para finalizar, llamó a seguir trabajando en conjunto. "Luchemos contra el virus, pero luchemos más fuerte con la hipocresía que gobierna nuestra cabeza. Es hora de pensar en todos", concluyó.

 

Fuente: TN