Buenos Aires, 11 de agosto.- Está cada vez más flaco. Dice que no quiere comer. Que se pasa el día viendo películas en televisión, casi sin contacto con el mundo exterior. Pero la semana pasada, cuando se enteró de la resolución de la Corte Suprema que derivó en que el Tribunal Oral en lo Criminal 24 dispusiera la libertad de los músicos de Callejeros y los funcionarios que estaban condenados por la tragedia de Cromañón, quiso hablar.

En una entrevista diario La Nación Omar Emir Chabán descargó su bronca. En medio de contradicciones y repentinos cambios de humor, dijo que le cayó "como el culo" la excarcelación del resto de los condenados por el incendio en el que murieron 194 personas en 2004. Pero también sostuvo que los músicos nunca deberían haber ido presos. Aceptó ser culpable pero aclaró que "todos son culpables". Y luego aseguró que los únicos responsables de la tragedia fueron "los tres pendejos que quemaron el lugar".

Vestido de jogging gris y chaleco azul, contó que le da asco la comida, aunque le gusta mirar el canal Gourmet. Dijo ser un imitador de Andy Warhol, un snob, el mejor crítico de cine del país y hasta reveló que toda su vida odió el rock. Verborrágico, enojado por momentos, con algunos ataques de angustia y otros de buen humor, Chabán no se calló nada.

-¿Cómo tomó el fallo que derivó en la liberación de todos los imputados, salvo usted y el comisario Díaz?


-¿Puedo decir malas palabras?

-Sí


– ¡Como el culo! ¿Cómo puede ser que ellos estén en libertad y yo no? Y es mentira que yo no tenga doble fallo. Los medios dicen que no, pero tuve un montón de fallos. De todas formas yo ya acepté mi culpa. Yo soy culpable y lo dije 20 veces. ¿Cómo es que ellos salen libres y yo no? ¿Por qué? No hay ninguna razón. Si ellos salen libres, yo debería tener la posibilidad de salir libre. Y no puedo.

Chabán fue condenado a 20 años de prisión en 2009 por el Tribunal Oral Criminal 24. Su defensa apeló esta sentencia y él continuó en libertad. En 2012 hubo un cambio de carátula: la acusación pasó de estrago doloso a estrago culposo, lo que redujo las penas. El ex gerenciador de Cromañón fue condenado a 10 años y 9 meses de prisión. A fines de ese año se ordenó el cumplimiento efectivo de la pena tanto para él como para el resto de los acusados. Los 14 condenados fueron presos. Ya en prisión, a Chabán le diagnosticaron un linfoma de Hodkins grado IV. Ante esta situación, se le concedió el arresto domiciliario. Durante un año estuvo internado en el Hospial Santojanni recibiendo quimioterapia. Pero desde hace unos meses cumple arresto domiciliario en su departamento. Sólo puede salir de ahí para ir al hospital a continuar con su tratamiento.

Sobre la mesa hay una montaña de medicamentos. Chabán cuenta que cada tanto le sube mucho la fiebre. La quimioterapia lo dejó muy debilitado. Entre otras cosas, se le cayeron varios dientes.

Mientras él habla, pasando de temas concretos a análisis "metafísticos" y comparaciones rebuscadas, el teléfono suena una y otra vez. Son periodistas o productores, que quieren su opinión sobre el fallo de la Corte. A todos los atiende, o manda a Andrea, la mujer que lo cuida, para que tome nota. "Hay que hablar con todos porque si no hay quilombo.", dice por lo bajo.

-¿Esperaba alguna resolución que lo dejara en libertad?

– No, eso no. Nunca lo esperé. De hecho en el Tribunal fueron muy claros y se portaron muy bien.[Se larga a llorar recordando a Nahuel, el secretario del juzgado, que siempre le manda saludos a través del hermano] Yo entiendo y respeto mi situación de arresto. Lo que no comprendo es cómo el resto ahora puede salir en libertad y yo no.

-La última vez que lo entrevistamos faltaba poco para el fallo de Casación. En aquel momento nos confesó que sentía miedo. ¿Qué siente hoy, después de todo lo que pasó?

– Mi miedo no era ficticio. De hecho pasó. Estuve preso. Hoy ya sé cómo es. Entiendo bien lo que pasa y ya no siento nada. Incluso yo estoy de acuerdo con lo que dicen. Yo creo que soy culpable. De verdad soy culpable. Pero estoy en desacuerdo con que no se acepte que todos son culpables a la vez. Cuando se acepte eso socialmente, entonces yo voy a estar completamente de acuerdo. Sólo eso quiero.

-En los momentos en los que estuvo muy grave con su enfermedad ¿Qué se le venía a la cabeza?

-No no, a mí no me importa morirme. Yo soy ateo. Siempre digo en chiste que soy musulmán ateo. No le tengo nada de miedo a la muerte.

En este momento, Chabán se larga a llorar por el falleciemiento de su madre, que ocurrió durante el año en que estuvo internado en el Hospital Santojanni. Sus hermanos no quisieron decirle porque por recomendación médica no podía atravesar situaciones de crisis emocional.

-¿Entonces hoy ya no le tiene miedo a nada?

-No, claro que tengo. Es más, le tengo miedo a todo. A volver a la cárcel por ejemplo. Y eso que yo tuve una buena experiencia en la cárcel. Me trataron bien porque yo era buen tipo, no era un asesino. Entonces los tipos ya saben y te lo dicen desde el primer día. Si te portás bien, te van a tratar bien. Ahora, si te portás mal. También me da miedo salir a la calle y que una madre me empiece a gritar "hijo de puta".