Una familia riojana reveló las complicaciones que padeció para que el hijo de una mujer argentina y un hombre venezolano pudiera regresar desde la isla Margarita, en Venezuela, por la restricción a la venta de pasajes a extranjeros impuesta por el gobierno de Nicolás Maduro por cuestiones cambiarias.
El nene, Santino Guaranás Aguilar, recién pudo regresar el martes a La Rioja, luego de viajar con su padre desde Margarita a Caracas, desde donde voló solo con la custodia de una azafata hacia Buenos Aires, ciudad en la que lo esperaba su madre que lo llevó de regreso a La Rioja. El nene de 10 años es hijo del ciudadano venezolano, Jorge Alfredo Guaranás, y de la argentina Viviana María Aguilar y tiene domicilio en La Rioja.
El 20 de diciembre viajó a Venezuela con su padre para pasar las fiestas y vacacionar en la isla Margarita. Pero las últimas semanas, según relató Santino, se las pasó peregrinando con su padre por oficinas y agencias de viajes hasta poder comprar un pasaje de regreso en el marco de las restricciones impuestas por el gobierno de Maduro para que los no residentes no puedan comprar en bolívares, la moneda local, tickets de avión o paquetes turísticos. Según las normas venezolanas, en enero hubo una reducción del monto anual de divisas para viajes al exterior de sus habitantes que podrán gastar hasta 3.000 dólares anuales en consumos en el exterior, mientras los extranjeros no pueden comprarlos con la moneda del país, que tiene una tasa de 6,3 bolívares por dólar u 11 bolívares en el marcado paralelo.
Santino contó que habían ido a ‘Margarita, una isla de Venezuela, con pasaje de ida y cuando queríamos volver en febrero no me podían vender el pasaje porque soy argentino, y a mi papá sí porque es venezolano‘. ‘Así lo impuso el presidente Maduro: que sólo le vendan a los residentes venezolanos y no a extranjeros, porque sino podían llegar de otros lados a hacer más protestas‘, dijo el niño en declaraciones que publicó ayer el diario El Independiente.
El nene relató que en Venezuela con su padre ‘fuimos con distintas empresas, nadie nos quería vender. Nos decían que si ellos nos vendían pasajes de vuelta para los dos, sería ilegal y podrían ir presos por orden del Presidente‘. Finalmente recordó que en la isla Margarita, ‘conseguimos unos pasajes en una empresa que nos vendían a los dos, pero nos salían muy caros, alrededor de 8 mil bolívares‘, (unos 10 mil pesos). En las dos semanas siguientes recurrieron a abogados, que lograron destrabar la orden y que el niño pudiera regresar a su casa.
Santino aseguró que ante las protestas que sacuden a Venezuela ‘no tuve miedo, porque estuve en Margarita, lejos de Caracas. Ahí sí se peleaban y se disparaban tiros, pero es mejor vivir en Argentina‘. (DyN)

