David Cameron, Primer Ministro del Reino Unido, ha acusado a la Argentina, de ser un país colonialista. La declaración la realizó ante el Parlamento, donde se encuentran los representantes de su pueblo, y aseveró algo tan sin sentido, que para entenderlo caben dos posibilidades: 1) Es un ignorante total, ya que precisamente el país que da origen al colonialismo moderno es el que está bajo su dirección. A finales del siglo XVIII cuando Inglaterra comenzó a concretar la Revolución Industrial, se hizo imperioso contar con materias primas que no se encontraban en su suelo. Para obtener, algodón, aceite vegetal, petróleo, cobre y muchas cosas más los británicos comenzaron a ocupar y administrar un enorme conjunto de territorios y países, con los cuales constituyeron un imperio enormemente grande. El segundo país en desarrollarse industrialmente fue Francia y siguió el mismo camino, con lo que terminó también adquiriendo vastos territorios coloniales. Como los ingleses llevaban la delantera se quedaron con las mejores posesiones.

A partir de 1945, los pueblos colonizados comenzaron largas y dolorosas luchas por independizarse, uno de los primeros en hacerlo fue la India, que precisamente era la joya del imperio británico. El argumento más sólido utilizado por quienes soportaban las injusticias de la colonización, consistía en que eran los propios pueblos los que debían ser los árbitros de su destino. Cameron pretende hacer creer que como Argentina no respetaría los deseos de los actuales habitantes de las Malvinas, estaría con ello teniendo una actitud colonial. Lo que ocurre es que la población malvinera la constituyen personas que están instaladas allí desde 1833 y nadie puede creerles que sean ellos ‘el pueblo de las Malvinas‘. Más aún cuando pudieron instalarse gracias a una operación armada que terminó expulsando a los criollos que allí vivían. El uso de la fuerza está siempre en el origen de una posesión colonial.

O bien: 2) El primer ministro Cameron estaba prisionero de diversos vapores etílicos, es decir estaba borracho y no sabía lo que decía, por lo que habrá que realizar controles de alcoholemia en el Parlamento británico. O bien completar la biblioteca parlamentaria con sobre todo libros de historia de su propio país que permitan superar las lagunas intelectuales del mandatario.


Explotación de comercio ajeno

La realidad es bien distinta, Gran Bretaña explota a las materias primas de Malvinas, en la mejor tradición colonial. Una prueba es la venta de licencias para pescar a quien desee adquirirlas. Con el papel en mano numerosos navíos aprovechan para esquilmar las riquezas del mar argentino sin pagar un solo peso a sus legítimos propietarios. Son sobre todo los barcos pesqueros españoles los que mejor aprovechan esta situación, lo que constituye que la madre patria sea luego de Gran Bretaña el país que más se beneficia de este enclave colonial. Para facilitar las operaciones se ha inventado una bandera de las Malvinas, que enarbolan los que vienen a pescar. Precisamente los países del Mercosur y Chile, se han negado a recibirlos y esto hace que el negocio sea más difícil.

Terminada la resaca, la vuelta a la normalidad será difícil para Cameron, pues podrá leer en todos los periódicos que el conjunto de la comunidad de países piden que Argentina y Gran Bretaña se sienten a debatir sobre el tema. Es lo que desea nuestro país pues la base de sus derechos es muy sólida. Lo debe ser menos la de los británicos porque se niegan y se han negado siempre a hacerlo.