La Iglesia advirtió ayer que el narcotráfico es un ‘drama nacional‘, por lo que reclamó políticas públicas explícitas y firmes para eliminar esta ‘plaga‘, y atribuyó el crecimiento del narcodelito en las últimas dos décadas a la ‘complicidad del poder‘.

La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) presentó ayer en rueda de prensa el documento ‘No al narcotráfico, sí a la vida plena‘, en el que denunció que el país vive una ‘gran indefensión institucional‘ como consecuencia del avance del crimen organizado que ‘carcome el Estado de Derecho‘.

La Iglesia exhortó a reconocer el problema del narcotráfico como ‘un drama nacional‘ y exigió a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial que instrumenten políticas de Estado ‘adecuadas y explícitas, concretas y firmes, para eliminar el narcotráfico y el narcomenudeo‘.

Los obispos insistieron en advertir en el documento que el narcotráfico y otras mafias crecieron ‘enormemente‘ en las últimas dos décadas, y afirmó que la presencia y difusión de las organizaciones narco es ‘incomprensible sin la complicidad del poder en sus diversas formas‘.

‘Instalando su propia ley, el narcotráfico va carcomiendo el Estado de Derecho. Progresivamente los conflictos van abandonando la legislación y los tribunales, para resolverse con la ley de la fuerza y la violencia‘, aseveraron.

Los obispos consideraron necesario ‘reforzar el papel de una Justicia independiente y su coordinación con las fuerzas públicas profesionalizadas en esta lucha‘. Asimismo, reclamaron la necesidad de ‘poner radares y disponer de las mejores fuerzas de seguridad posibles‘ para combatir el narcotráfico y el delito organizado.

‘En las zonas periféricas, en algunos barrios y villas, el vendedor de droga se ha convertido en un referente social‘, cuestionó. Los obispos se preguntaron cómo educar a los niños y jóvenes en la cultura del esfuerzo, del trabajo, en la importancia del estado de derecho cuando el narcotráfico ‘consagra el triunfo de quien con poco esfuerzo consigue mucho y está al margen de la ley, generando un nuevo escenario de supuesto progreso social‘.

La Iglesia convocó a la dirigencia a comprometerse ‘en el cuidado y acompañamiento de aquellas personas que sufren directa o indirectamente a causa del consumo de drogas‘ y expresó su intención de estar cerca de las familias heridas por la adicción de alguno de sus miembros.

El documento fue presentado en la sede episcopal de Retiro por el presidente de la CEA, monseñor José María Arancedo, el titular de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, y el responsable de la Comisión Nacional de Drogadependencia, monseñor Fernando Maletti.

El texto del pronunciamiento fue aprobado en la asamblea plenaria que se realizó del 8 al 13 de noviembre en Pilar, pero se decidió darlo a conocer después del balotaje presidencial en el que se impuso Mauricio Macri.