Finalmente, Pablo Moyano decidió ayer seguir en el triunvirato que conduce la Confederación General del Trabajo (CGT). En una reunión con sus aliados, el dirigente del Sindicato de Camioneros no concretó su amenaza de abandonar la central obrera luego de que el sector mayoritario de la CGT "los gordos" no lo invitó a la comida del lunes por la noche con el presidente Alberto Fernández en la Quinta de Olivos, provincia de Buenos Aires.
Sus rivales internos deslizaron que el dirigente de Camioneros no recibió adhesiones entre sus propios aliados para irse en bloque de la CGT y formalizar una ruptura que existe de hecho.
La CGT es conducida en conjunto por Pablo Moyano, Héctor Daer y Carlos Acuña.
Pablo Moyano analizó sus pasos durante un encuentro realizado en la sede de su gremio, en San José al 1700 (Ciudad de Buenos Aires), de los representantes del Frente Sindical por el Modelo Nacional (Fresimona), donde militan Mario Manrique (SMATA, mecánicos), Omar Plaini (canillitas), Juan Pablo Brey (aeronavegantes), Raúl Durdos (marítimos), Graciela Aleñá (viales) y Cristian Jerónimo (vidrio), entre otros.
Uno de quienes se opusieron a la renuncia fue Hugo Moyano, quien se mantuvo en contacto con sus colegas de la alianza sindical que maneja la CGT para aclararles que él no estaba de acuerdo con la eventual decisión de su hijo mayor. En sus charlas telefónicas, el líder de Camioneros resaltó que tuvo diferencias con muchos dirigentes, pero que nunca rompió la CGT.
La postura de Hugo Moyano permite especular que si hubiera concretado la renuncia de Pablo, el jefe del sindicato habría designado a otro dirigente de su gremio porque los cargos en la CGT no son personales sino del sindicato. Pablo Moyano tiene una tensa relación con su padre y cortocircuitos políticos con su hermano Facundo, del Sindicato de Peajes.
De todas formas, la decisión de quedarse en la CGT no resolverá la ruptura de hecho en la central sindical, en la que el hijo de Moyano y sus aliados de la Corriente Federal de Trabajadores, como Sergio Palazzo (bancarios), están alineados con el kirchnerismo. Ambos sectores propusieron hacer un paro y una movilización ante la Corte tras el ataque contra Cristina Kirchner, pero la iniciativa fue frenada por el sector mayoritario de CGT, no kirchnerista, que integran "los Gordos" (Héctor Daer, de Sanidad, y Armando Cavalieri), los independientes (Andrés Rodríguez, de UPCN; Gerardo Martínez, de UOCRA, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias) y el barrionuevismo (Carlos Acuña, de estaciones de servicio).
Esos mismos dirigentes, más Jorge Sola, de Seguros, participaron el lunes por la noche de la comida con Alberto Fernández, que fue una iniciativa de Rodríguez y Martínez que fue gestionada por Daer, uno de los dirigentes más cercanos al jefe del Estado. La idea de estos sindicalistas fue "reforzar el papel institucional" del Presidente en medio del papel protagónico que adquirió Cristina Kirchner en el Gobierno y el fuerte rol ejecutivo de Sergio Massa en el trazado de la economía.
En las últimas horas, otra de las fuertes diferencias internas se centró en el duro conflicto del Sindicato del Neumático: Pablo Moyano expresó su "apoyo al legítimo reclamo" del gremio, mientras que sus rivales de la central obrera tomaron distancia de la protesta y le pidieron al presidente Alberto Fernández mayor firmeza para encontrar una solución que evite trastornos para la industria y los trabajadores.